“Hasta ahora no habéis tenido sino tentaciones humanas, u ordinarias; pero fiel es Dios, que no permitirá seáis tentados sobre vuestra fuerza, sino que de la misma tentación os hará sacar provecho para que podáis sosteneros”. (1Corintios10:13).

Pesa, sí, lo sé, pero es necesario que pruebes tu fortaleza, pues sólo así sabrás de lo que estás hecho.

Duele, sí, lo sé, pero sólo el dolor podrá evidenciar aquello que amas de verdad, y en ello reconocerás a los que igual te aman, porque habrán de hacer de tu dolor su dolor.

Sí, la vida es la puerta por donde entra y sale todo aquello que te ayuda a madurar, y solamente la madurez te podrá mostrar la sabiduría que posees.

¿Qué estás cansado? Es necesario sentirte así, pero sin rendirte, porque la fatiga renovará tu sentimiento de humildad y te hará ver en otros, la misma necesidad de buscar a quien te ha de dar de beber del agua viva, para que conozcas el camino, la verdad y la vida.

¿Se te ha perdido algo? Puedes perder todo, menos la fe que te ilumina, para empezar de nuevo al nacer a una vida nueva, donde el espíritu divino que te habita, te conducirá por el camino recto para alcanzar la vida eterna.

No permitas que aquello que parece no tener solución te quite el sueño, pues no existe un nudo ciego que no se pueda desatar cuando se obra bien y se está al servicio de los demás.

No abraces la soledad, porque ésta, suele ser fría, abraza mejor la esperanza con fe, recuerda que habrá muchos que necesiten de ti y quieran sentirse acompañados. Búscame siempre, porque yo siempre estoy a tu lado, el amor que siento por ti es la mejor medicina, para sanar el alma del que se siente desamparado.

Escúchame y siénteme, tiende el puente de la comunión para hablar conmigo, yo nunca te he abandonado, estoy en el viento suave que acaricia tu cara, en el color de las flores, en el agua transparente que refleja tus temores, en el canto del ave que te despierta por las mañanas, estoy en cada latido de tu corazón para calmar tus ansias ante los retos de la ocasión, en la mirada tierna que habla sin pronunciar una palabra, estoy en todo lugar, en todo tiempo, en todo espacio, estoy en todo aquél que cree en mí y está dispuesto a seguirme, hasta el final de los tiempos.

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