Morena enfrenta cuando menos cuatro graves problemas para dar la batalla electoral en 2021. Lo primero es la desgastada credibilidad frente a los resultados de la pandemia en el país y en el principal semillero de votos, que es la ciudad de México, además de Puebla y Veracruz. Por coincidencia las tres entidades son gobernadas por el partido guinda, eso sin contar la debacle económica que aún no termina de aterrizar, pero que irremediablemente afectará a todos los rincones del país, sin que hubiera llegado un peso de ayuda para apoyar a quienes generan fuentes de trabajo.

Otro punto es el pleito interno por las riendas de Morena, que ha llegado al grado de desacreditar a su actual secretaria general Yeidckol Polevnsky y acompañante principal de AMLO durante la campaña presidencial.

El tercer punto es el descrédito en el tema de honestidad que envuelven a varios de sus principales funcionarios, empezando por Manuel Bartlett Díaz y acabando con la Secretaria de la Función Pública, cuya posesión de propiedades puede ser justificable pero degeneró en una grosera autodefensa, que propició la intervención de Derechos Humanos y organismos internacionales al aplicar el calificativo de “sicarios mediáticos” porque no le “gustó el modito” de Loret de Mola en el reportaje que alude a sus propiedades.

En ambos casos la fortuna que hoy ostentan la hicieron en otro tiempo, pero la cuestión es que se supone que tendrían cabida en la actual administración gente honesta, que no roban no mienten y no traicionan.

El 4º punto es lograr sacar adelante la elección de su dirigente nacional dentro de los tiempos oficiales, porque el 1 de septiembre inicia el calendario electoral y ya no podrán realizar cambios, además de renovar las dirigencias estatales (también antes de que termine agosto) y los consejeros que designarán a los delegados. Porque se supone que los consejeros elegidos el año pasado no pasan por la línea de la legalidad. Eso sin contar la construcción de estructuras para trabajar el voto.

BUSCAN LIDER PARA LLENAR VACÍO QUE DEJÓ AMLO

En fin, la cuestión es que a los morenistas ya les cayó el veinte. Desde “arriba” tocaron la campana para despertarlos de su letargo, el mensaje fue muy claro, el trabajo político desde la mañanera, no es suficiente para ganar elecciones. El Presidente López Obrador trae un 47.6 % de aprobación y a Morena su 25 % se puede ir más abajo después de las acusaciones de corrupción, aun no comprobadas, contra su secretaria general Yeidckol Polevnsky, sobre todo porque provienen del presidente provisional, Alfonso Ramírez Cuellar.

De ahí que Mario Delgado, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados declarara durante un encuentro virtual de ese partido, que “No podemos conformarnos con una victoria electoral (la de 2018), la verdadera victoria es la revolución de las conciencias y para eso para ganar la mayoría en 2021”. O sea que reconoce que no están organizados. Luego prosigue, “yo creo que estamos a tiempo de organizarnos para impedir que avance la derecha golpista”.

Mario Delgado dijo otra verdad, “López Obrador dejó “un vacío muy grande” en la dirigencia nacional de Morena, por eso es necesaria la unidad y honestidad entre los militantes y líderes del partido”. Esto quiere decir que está reconociendo tácitamente que no hay unidad y honestidad en la militancia.

Insiste, ahora con mayor claridad, “esa unidad debe estar basada en la honestidad, en que nos reconozcamos los unos a los otros, nos respetemos, que NO descalifiquemos a uno, que NO descalifiquemos a otros, que NO haya trampas”. ¡Ahí te hablan Ramírez Cuellar!

También dijo, “Nos comprometimos a regenerar la vida pública del país y tenemos que poner la muestra en nuestro partido”.

Vía Twitter Delgado además de convocar a la unidad convocó “a dar el paso a que la gente elija a nuestro nuevo dirigente a través de encuestas”.

Nada más le faltó decir, “o sea yo”. Es un hecho que el método será por encuesta, porque así lo manifestó el primer morenista del país y en el reciente dictamen del Tribunal Electoral, donde le ordena a Ramírez Cuellar llevar a cabo la elección, le indican que lo haga por ese método (encuesta).

Mario Delgado Carrillo como Presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados es un nombre y un rostro conocido en todo el país por el ciudadano común y por los morenistas, las primeras encuestas lo ubicaron como principal opción para presidir Morena. Por ahí va el asunto.

Todo esto deberá ser aplicado en cada entidad incluyendo el caso tamaulipeco. La cuestión es idéntica a la nacional, no se ven prospectos del tamaño que se requiere para sustituir el efecto AMLO de 2018. No vemos liderazgos municipales, ni siquiera en 12 de los municipios más poblados del estado, mucho menos para la estatal.

Y si no se organizan y renueva los cuadros, tendrían que confirmarse delegados con funciones de dirigencia estatal, esa designación vendría desde el centro. Pero lo más urgente es la conformación de una estructura política, ni siquiera ha trabajado en expandir sus redes clientelares, en pocas palabras está desarmado y sin el motor que impulsó a los candidatos en 2018, que fue el candidato López Obrador, quien en forma constante pidió el voto para los diputados y senadores.

Hoy AMLO está en campaña permanente y los resultados a su favor ahí están, pero Morena es otra historia.

PUGNAS EN EL INTERIOR DEL VERDE

En círculos internos del PVEM arrecia la discusión porque el ala derecha del partido no acepta la coalición electoral en 2021 con el partido Morena. Y es que hacerlo representa quemar la bandera Verde que de alguna manera le aporta el voto de los ambientalistas, o de un sector con ideas progresistas en lo que se refiere a la generación de energías limpias.

Pero además tendría que cambiar su plataforma política que queda asentada ante la autoridad electoral y que es susceptible de ser reclamado incumplimiento por parte de una de las tantas sociedades civiles ambientalistas.

Desde que se integraron la legislaturas federales del Congreso de la Unión, el Verde Ecologista ha trasferido senadores y diputados a Morena para este cumpla sus proyectos, pese al desmantelamiento de la estructura de la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), además de no cumplir con los requisitos ambientales en las zonas donde se construye la vía del Tren Maya, igualmente en la construcción de la Refinería de Dos Bocas.

Veremos en que termina este forcejeo interno de los verdes.