¿La economía mexicana no quiere crecer? La metáfora “El síndrome de Peter Pan” se ha empleado en materia económica para explicar porqué no crecemos; esta vez la utilizó el organismo México Cómo Vamos, y estimo tienen razón…

Le explico, estimado lector. Hace tres días salieron los resultados de los Censos Económicos 2024 del INEGI, y más que reveladores, considero algunos de sus datos son más bien ilustrativos: es una radiografía exacta de México.

Del resumen que tuvo a bien hacer México Cómo Vamos, se desprende que, más del 99% de las empresas en nuestro país son mipymes (empresas chicas o medianas), pero su aporte al PIB y a la productividad nacional es bajo.

Que, las mipymes mexicanas concentran el 70% del empleo y ojo: el 99% de los empresarios, pero solo generan 45% del valor agregado censal bruto. Y, las grandes empresas (que son apenas el 0.2% del total) generan 55% del valor agregado.

La analogía con Peter Pan, señaló el reconocido organismo, implica que el tejido empresarial de México “se niega a crecer”, que no son pymes porque quieren sino porque los incentivos, el financiamiento y las políticas públicas han sido insuficientes para ayudar a las empresas a crecer; y que la burocracia del gobierno y la extorsión del crimen organizado no los deja.

En mi opinión, en mi carácter de ex Presidente de COPARMEX en esta capital tamaulipeca, más allá de la inseguridad o del exceso de regulación, que desde luego son factores fundamentales que inhiben el desarrollo, me parece que ha faltado sensibilidad gubernamental en relación al complejo escenario que viven las pequeñas y medianas empresas locales.

No me refiero solo a la falta de pago oportuno a proveedores (pues eso solo afecta a aquellas empresas que le brindan un servicio o producto a Gobierno), sino a entender la situación que vive cada giro empresarial, y partiendo de ahí, generar soluciones por sector, para que el empresario pueda ver al Estado como un aliado y no como un obstáculo: no como a un recaudador, como a un simple acreedor más que está viendo qué impuesto nuevo crea, qué regla novedosa impone, qué inspección le realiza y hasta qué ocurrencia legislativa hay cada nuevo ejercicio fiscal. Siempre hay que remar contracorriente.

Este es un tema tan profundo que desde luego no se agota en los párrafos de una columna, pero, ¿Cómo podremos ir más allá del prototipo de “La foto” entre la Secretaría de Economía y un organismo empresarial? ¿No podemos ir más allá de un simple convenio que sirve para un boletín de prensa? Ese modelo que solo es útil para el funcionario –y tal vez para el líder momentáneo del organismo de que se trate– no sirve.

Rompamos la falta de empatía del gobierno en relación a las vivencias de cada sector productivo, y también, podemos iniciar desde la iniciativa privada para que esto suceda, rompamos la apatía y exijamos respetuosamente, en la misma proporción que tenemos obligaciones patronales. Es nuestro derecho.

El síndrome de Peter Pan en nuestra economía, y el prototipo de “La foto”, son una inercia que debemos vencer, así como superamos el día a día en nuestras empresas, si queremos que la economía mexicana mejore.