¿Por qué el segundo debate de los candidatos a gobernador fue tan diferente al primero?

La respuesta más lógica podría ser que si en el primer encuentro lo privativo fueron las acusaciones y hasta los insultos, podría pensarse que el ausente en el siguiente, Américo Villarreal Anaya, fue el culpable de un escenario inicial que dejó a la mayoría con mal sabor de boca.

Nada más equivocado.

Para afimar esto, baste señalar la evidente diferencia entre ser el culpable y ser el origen. Américo, al llegar como el rival a vencer, fue en esa edición primaria el blanco favorito de la artillería verbal. Fue como apunte, el  origen mayoritario de esa zacapela, pero nadie puede decir que fue él quien lo propició y sí que fue quien más lo sufrió.

El domingo 22, si el médico hubiera participado, habría estado destinado a vivir la misma suerte, pero su ausencia obligó a sus adversarios a recapitular en su estrategia y a mencionarlo en sus respectivos planteamientos críticos casi como complemento. Ni de lejos como tema medular.

Y curioso: En ese contexto, todos ganaron. Los protagonistas asistentes, el ausente y hasta quienes sólo fuimos testigos de ese evento.

Permítame explicar mi punto de vista.

César Verástegui –mi reconocimiento al conocimiento que tiene del Estado– como Arturo Diez Gutiérrez, mostraron el rostro que queríamos conocer: El de las propuestas y en el caso del Truko, los proyectos con altas dosis de programas formales. En contraste con su antecedente, este encuentro fue más una conversación que un debate y con ese perfil nos permitió a quienes lo presenciamos tener una semblanza sólida de su plataforma. Bien por el moderador, Javier Solórzano, quien cumplió con creces su función.

¿Por qué pensar que también Américo cosechó un saldo positivo?

Parece claro que para el morenista el no acudir fue una decisión saludable para su imagen. Ciertamente resentirá en alguna medida en las urnas el impacto de negarse a participar, pero en mi opinión, el sentarse el domingo pasado en la misma mesa hubiera sido casi catastrófico para su causa. La metralla estaba cargada con calibre de guerra, así que en el recuento anticipado de los daños eligió la opción que ahora queda claro, significaba el menor estrago.

¿Entonces sí todos ganaron significa que no hubo perdedores?

Claro que los hubo. Siempre hay.

En la visión de su servidor sin duda alguna el Truko fue quien mejor manejó sus cartas. Al parejo de la exposición de los problemas en el Estado colocó las posibles soluciones hasta en el detalle de cómo aplicarlas. Prometer se oye bien, pero pormenorizar cómo se pueden alcanzar los objetivos es música para quienes buscan confiar en un proyecto.

Arturo refrendó que es un hombre de buena fe. Es tan transparente que hasta sus errores muestra sin tapujos, pero es indiscutible que recorrer en dos meses los 43 municipios –como tanto le gusta señalar– muestra su deseo de empaparse de las necesidades más sentidas, pero no le da un diagnóstico realista ni a fondo de lo que requiere Tamaulipas. Buenas intenciones sin duda, pero de ellas están tapizados los panteones.

Esto no es un pronóstico trasnochado ni mucho menos, Es la percepción personal de un debate. Y nada más…

NO LE AYUDEN POR FAVOR

En el mismo escenario electoral, el evento convocado por Américo Villarreal en forma paralela al segundo debate cumplió las expectativas de sus organizadores. Atrajo reflectores e interés, además de mostrar capacidad de convocatoria.

Pero, un molesto pero.

Américo es un profesional respetado y una figura pública con alta estimación en Tamaulipas. No sé si fue imposición del centro o una decisión doméstica, pero no veo el apoyo que le puedan haber sumado dos de los personajes más polémicos e impresentables en estos momentos, como lo son Claudia Scheinbaum y Cuitláhuac García, jefes de los gobiernos de la Ciudad de México y Veracruz respectivamente. Claudia en su afán de hacer precampaña arrastra a su patiño jarocho a donde va para beneficiarse del buen nombre de los candidatos y hacen mucho más daño que bien.

Por favor, no vayan a traer a Fernández Noroña a otro evento…

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