Ayer Tamaulipas vivió un hecho histórico que marca un antes y un después en la impartición de justicia, tomaron protesta 147 juezas y jueces de primera instancia y 19 magistrados, incluyendo a los 10 integrantes del Supremo Tribunal de Justicia. Lo destacable es que, por primera vez, este pleno se conforma con paridad de género y bajo un nuevo modelo de legitimidad, pues fueron electos por voto popular.

La presidencia del Supremo Tribunal recae ahora en Tania Contreras López, quien además de ser la primera mujer en encabezar este poder en el estado, tiene el mérito de ser también la primera presidenta electa directamente por la ciudadanía. Su nombramiento cobra aún más relevancia en un México que también por primera vez es gobernado por una mujer, la presidenta Claudia Sheinbaum.

En la ceremonia, el presidente del Congreso insistió en que antes los jueces acomodaban la justicia a conveniencia, incluso para beneficiar al exgobernador Cabeza de Vaca y sus múltiples procesos. Recordó que hubo tiempos de puertas cerradas, de corrupción y privilegios, donde la justicia se inclinaba al poder económico y los más vulnerables quedaban fuera.

Durante su mensaje, dejó claro a los integrantes del nuevo sistema de justicia que “la legitimidad que hoy reciben no es un privilegio, sino una obligación multiplicada. No los eligieron para favorecer a nadie, sino para servir a todos. La ley no se usa como arma de persecución ni como moneda de impunidad”. Palabras fuertes, que marcan la vara con la que la sociedad medirá a este nuevo poder.

Por su parte, la magistrada presidenta Tania Contreras prometió un Poder Judicial cercano, transparente y con observatorio ciudadano para vigilar el desempeño de jueces y magistrados. Habló de combatir la corrupción, de equidad de género, de honestidad y austeridad. Un discurso esperanzador que responde al clamor de justicia de la sociedad tamaulipeca.

Pero ahora viene lo más difícil, que este cambio se note en los hechos y no se quede en discursos. Durante su mensaje, el gobernador Américo Villarreal, quien también estuvo presente, dijo que la transformación del Poder Judicial debe sentirse pronto, porque la ciudadanía votó precisamente para erradicar los privilegios y que la justicia deje de ser un lujo de élites.

Tamaulipas se coloca así a la vanguardia nacional y hoy el reto es demostrar que este nuevo modelo funciona y que el pueblo no se equivocó al tomar en sus manos la elección de quienes imparten justicia.

El momento es histórico, pero lo verdaderamente trascendente será que dentro de unos años podamos decir que en Tamaulipas la justicia, por fin, se convirtió en un derecho real para todos y no en un privilegio para unos cuantos.

Que Dios los bendiga, gracias. Leo sus comentarios en mis redes sociales.