Un aspecto crónico que afecta al campo, propio del mercado, es que los productos agrícolas se encarecen más de 100% del campo a la mesa, algunos 300% dado que los intermediarios pagan bajo precio al productor y la mercancía adquirida por cadenas comerciales la ofrecen a costo elevado, quedándose con los mayores márgenes de ganancia.
El reporte del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), indica que los vendedores de naranja en Veracruz obtuvieron $5.40 por kilo; el consumidor pagó $21.40, diferencia de 302%. Al observar el camino de la fruta se ve que el mayor margen de ganancias se queda en quien ofrece el producto a las familias, las cadenas de autoservicio.
Dicha dinámica se repite con todo alimento. El limón, los productores de Michoacán vendieron el kilo en $15.50 y en la central de abasto se ofertó en $22.50 al mayoreo y en $23.79 al medio mayoreo, el consumidor lo compró en tiendas de autoservicio en $45.20, en el trayecto se encareció 224% quedándose la mayor parte de la ganancia en la parte final de la cadena de distribución.
Los productores se arriesgan a tener mala cosecha, lo que depende del clima entre otros factores. Los primeros intermediarios se exponen a transportar los productos hasta las centrales de abasto. Las grandes cadenas comerciales usan su logística para distribuirlos. Los campesinos se quedan con las menores ganancias y los que asumen el mayor riesgo. El jitomate del campo a la mesa se encarece 198%, papa, 191%; aguacate, 184%; plátano, 174%; cebolla, 170%; zanahoria, 143%; manzana, 121%, y chile jalapeño, 113%. Los que menor variación presentan son: pollo, 57%; carne de cerdo, 53%; huevo 46% y bistec de res, 15%.
La contribución del intermediario a la generación de valor de la cadena y el control que ejercen depende: la capacidad productiva y tecnológica de los productores; las capacidades productivas y tecnológicas de los intermediarios, y la estructura de mercado y el tipo de gobernanza, la que debe formular política para equilibrar las relaciones de poder de la cadena y ayudar mejorar la forma de gobernanza.
En México, el intermediario se lleva la tajada del león cobijado por la demanda del mercado y el abandono político de la cadena productiva y de distribución. En esta administración, bajo el argumento de corrupción, se retiró apoyo al campo y se engorda el cochinito del generalato López. De este cochinito salió $13 mil millones para ayuda a Acapulco, dinero que, de estar en control de Hacienda, ahora es de uso del señor López.