Para los creyentes, la Biblia como Palabra de Dios que es, es orientación, criterio de vida, guía para vivir de acuerdo a la fe que se profesa, pero también es materia de examen de conciencia, ¿Qué tanto vivo esta Palabra de Dios? Y esa Palabra de Dios escrita en la Biblia toma mayor importancia cuando se proclama y se escucha en la misa dominical.
En la primera lectura que hoy se proclama, Is 58, 7 – 10, el profeta Isaías está explicando cuál es el culto verdadero, el agradable a Dios. Se deben de hacer obras de misericordia, las heridas de quien las practica se cerrarán y una luz romperá como la aurora en su vida.
En la segunda lectura, 1Cor 2, 1 – 5, san Pablo da detalles de su enseñanza e intención. Les ha anunciado el misterio de Dios, esto es, su voluntad de salvar.
El Apóstol, sólo se ha quedado con Jesucristo, y crucificado. El motivo sigue siendo el mismo. El desconcierto causado por la predicación de un salvador crucificado, y resucitado está para fundamentar bien la fe de los corintios.
Dios había llamado a los débiles e ignorantes, y a gente de clase baja para que pusieran su mirada en el Señor. Y el apóstol Pablo ha anunciado a Jesucristo crucificado para que la fe no se construyese sobre la admiración provocada por la sabiduría de san Pablo, sino en el poder de Dios, en su poder de llamar a quien quiere, y de salvar por la muerte y resurrección de Jesucristo.
En el texto del Evangelio, Mt 5, 13 – 16, Jesús previene para que nadie se crea bueno y buscar la propia alabanza y gloria: “Brille la luz de ustedes ante los demás, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre que está en los cielos”. Toda la alabanza y gloria debe ser dada al Padre celestial; la felicidad de los creyentes es la de ser como un espejo en el que se refleja la gracia y el amor de Dios.
Nuestro Señor Jesucristo es la única Luz del mundo, pero él llama a todos los bautizados, a llevar su luz a nuestro mundo.
Se puede orar con las palabras de la oración de la misa: “Te rogamos, Señor, que guardes con incesante amor a tu familia santa, que tiene puesto su apoyo sólo en tu gracia, para que halle siempre en tu protección su fortaleza.
Que el Buen Padre Dios les acompañe siempre.