Dame algo que me inspire, dame un recuerdo, dame tu mano para sentir el palpitar de tu corazón amado. Dame también una mirada, la más profunda, la que llegue al alma, y una vez que sintamos lo que es estar enamorados, acércate tan lentamente, pero no demores demasiado, porque me muero por tenerte.
Ven, acompáñame en este sueño, hagamos del encuentro el momento más deseado, vayamos juntos al pasado, corramos por el prado hasta caer cansados, y ya tendidos en el pasto, miremos juntos el cielo, para pedirle que nos cubra con su manto, y nos esconda de las miradas indiscretas, de los que envidian nuestro amor lleno de romance.
Ven, no tengas miedo de que el destino nos alcance, porque nacimos libres, porque nacimos para amarnos, para causar revuelo entre la gente, para gritarle al mundo que nuestro amor, es el consuelo de los que estaban destinados, a emprender el vuelo al infinito, en busca de lo más deseado.
Ven, dame la mano y sigamos caminando, por el camino, tal vez lloremos por algunos desacuerdos, pero te aseguro, que serán más los días felices que pasemos juntos, porque nuestra vida está llena de magia y no habrá nadie que lo supere y que lo alcance.
Ven y escucha junto a mí, la duce melodía con la cuál te conocí, aquella que en cada armoniosa nota, inspiraba mi loco afán de volverte loca de amor, por todo lo que por ti siento y sentí, y me convirtió en el poeta que escribió sin descanso noche y día, en todo el tiempo que tuve que esperar, para que fueras mía.
Ven y bésame en la boca, que yo besaré la tuya, hasta que la magia fluya por tu cuerpo embriagado por el amor que provoca el sentir, que jamás podríamos vivir separados, al saber, que nunca nos doblegó el orgullo que disloca la pasión sin frenesí, porque la nuestra, es una unión tan fuerte, que Dios nos obsequió a entera voluntad suya.
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