Eran las 23:30 Hs. cuando escuché el sonido del celular que se encontraba en un buró cercano a la cama y que indicara una llamada en curso, con dificultad me levanté lentamente debido al estado de somnolencia en el que me encontraba y me dirigí a tomar en mi mano el celular y así calmar la incipiente ansiedad que suele generarse con una llamada a esa hora de la noche, esto, por el hecho de pensar en la posibilidad de que se tratara de alguna mala noticia, pero, para mi sorpresa, se trataba de Sebastián, mi nieto mayor, quien pocas veces se comunica por esta vía conmigo, de inmediato le pregunté si se encontraba bien de salud y él me respondió con voz clara que nunca se había sentido mejor y deseaba compartir conmigo una extraña experiencia que se relacionaba con la presencia reiterada del número 911, lo que logró inquietarle al grado de investigar si tenía algún significado, encontrando una traducción a un aspecto espiritual que le alertaba sobre la necesidad de cambiar su manera de pensar y de ser; la descripción le explicaba que era un ser de luz y que iniciaría en breve un proceso de conversión porque con su actual proceder lo alejaba del camino de la verdad y de la vida. Dos días antes de esta experiencia mi nieto me había solicitado ayuda para dilucidar algunas dudas existenciales, incluso, empezaba a cuestionar algunos dogmas de la iglesia fundada por Jesucristo; dentro de mi humilde conocimiento le expliqué de manera sencilla porqué la iglesia de Cristo es la única que puede salvar el alma, mi nieto pareció muy interesado en la explicación y desde ese momento trató de darse una oportunidad para ampliar su conocimiento sobre el tema, incluso, se hicieron evidentes algunos intentos por cambiar su conducta, pero al día siguiente, pareció que todo lo que habíamos platicado se había borrado de su mente, y curiosamente en un arrebato de ira motivado por la solicitud a comportarse de manera más adecuada, cuestiono mi autoridad, el desacuerdo lo llevó a tomar la decisión de retirarse a su casa y dejó de hablar conmigo, al día siguiente elaboré el artículo titulado “Inexplicable” que resultó ser una reflexión sobre lo ocurrido entre mi nieto y yo, y que culminó con una petición de misericordia a Dios para fortalecer mi fe y la de mi nieto, y vencer aquello que nos estaba retirando, pero sobre todo, de lo que lo estaba separando de la Iglesia de Cristo. Mi nieto siente que el hecho de visualizar el número 911 en repetidas ocasiones en diferente espacio y tiempo, es un llamado a reconciliarse consigo mismo y con el Evangelio de Jesucristo. Y me solicitó diera el testimonio del hecho.

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