Desde que llegó a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador ha dicho que encabeza un cambio histórico en México, mientras que para los opositores está destruyendo las instituciones que cimentaron la nación por décadas, para sus seguidores más radicales se ha quedado corto con lo implementado por la 4T.

A más de un año de que concluyan su mandato y con el revés de la Suprema Corte de Justicia de la Nación  le dio, al ordenar que el mando de la Guardia Nacional pasara al orden civil, el presidente develó hace unos días lo que deberá ser su legado político e histórico para el país, la creación de una nueva Constitución.

En una de sus Mañaneras, el espacio de información y difusión más importante en México, AMLO compartió su visión más allá de su sexenio, no sólo una reforma en el ámbito de seguridad, sino la realización de un nuevo Constituyente, un nuevo andamiaje legal que permita todos los cambios de fondo para continuar y consolidar la transformación que pregona.

Por lo que llamó al voto masivo para su partido, para que en el 2024 gane las dos cámaras legislativas, obtenga mayoría calificada y que ahora sí, nadie, ni nada, detenga la tan anhelada Cuarta Transformación.

UNA NUEVA CONSTITUCIÓN

Pero ¿Qué significa una nueva Constitución? la creación de una nueva Carta Magna, significa modificar de fondo las estructuras legales y políticas de acuerdo a la visión y proyecto de país que se desee.

Para los opositores y para muchos mexicanos una nueva Constitución significa consolidar un nuevo régimen, que controlaría el poder político sin contrapesos y con toda la fuerza para implementar los cambios en la visión económica que se requieran.

Aunque difícilmente se llegaría a esos extremos, primero, porque un cambio político profundo afectaría a millones de mexicanos, con el riesgo ahora sí, de una crisis política y social y segundo, porque al ser México parte de Norteamérica, de un Tratado de Libre Comercio  México, Estados Unidos y Canadá (T MEC), por estrategia geopolítica su proyecto de nación tendrá que ser lo más parecido a la visión de sus socios, sin perder su identidad y soberanía nacional, por supuesto.

LA OPOSICIÓN SIGUE SIN PROYECTO

Mientras la oposición siga sin tener un aspirante competitivo para el 2024 y mucho menos presentar un proyecto de nación con bases sólidas y opuesto a lo que representa la Cuarta Transformación, no podrá hacer nada.

A poco más de un año de las elecciones presidenciales, no se vislumbra que ni la oposición, ni organismos empresariales o de la sociedad civil e incluso todos unidos, puedan hacerle frente  electoralmente al presidente y su partido.

Pero, no sólo porque sus posibles candidatas o candidatos están marcados por el pasado “neoliberal” o “conservador”, sino porque no han entendido que lo que los mexicanos quieren y necesitan, son cosas distintas a lo que durante 30 años vivieron, que sólo aumentó la desigualdad económica y social entre ellos.

¿Habrá alguna fuerza política o alguien que en el corto o mediano plazo entienda hacia dónde va el mundo y pueda proponer una visión distinta al pasado de desigualdad, pero también una visión diferente y para muchos errónea que la que encabeza López Obrador?

O sencillamente ¿Se concretará lo que pidió el presidente en su Mañanera? y ahora sí, pasar a la historia al ser el personaje político y el líder que le dio a los mexicanos una nueva Constitución y que sentó las bases para una nueva nación.

Y ¿tú qué opinas?

 

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