En medio de un panorama económico tenso y con una elección judicial inédita en puerta, el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM) parece haber optado por el camino de la diplomacia.

Su presidente, Juan José Ramos Charre, dejó claro que no busca enfrentarse con el Gobierno del Estado, sino encontrar soluciones conjuntas para garantizar un proceso electoral funcional y transparente.

El IETAM inició este complejo camino con una solicitud presupuestal de 600 millones de pesos, una cifra que, aunque suene elevada, responde a las nuevas responsabilidades que el Congreso local le impuso con la reciente reforma constitucional.

El órgano electoral deberá organizar comicios para renovar 147 cargos en la Judicatura, un reto monumental que incluye la instalación de casi 5 mil casillas, aunque esta cifra podría reducirse hasta un 40% dependiendo de los lineamientos del Instituto Nacional Electoral.

“No es momento de confrontación, sino de encontrar soluciones”, afirmó Ramos Charre, una frase que parece resumir la postura del IETAM ante las declaraciones de la tesorería estatal, quien advirtió sobre la complicada situación económica del Estado y dejó entrever posibles ajustes al presupuesto.

Ramos Charre reveló los tres grandes retos del proceso electoral: el tiempo, la logística y, sobre todo, el presupuesto.

Pese a los posibles ajustes a la baja, el titular del IETAM se mostró confiado en la sensibilidad del gobierno estatal y del Congreso para otorgar los recursos suficientes o considerar ampliaciones presupuestales si las circunstancias lo demandan.

Eso sí, evitó especular sobre cuánto podría recortarse sin comprometer el proceso, dejando la decisión en manos de las reformas legales y las disposiciones del INE.

El Congreso estatal, aún pendiente de afinar las reformas a la Ley Electoral, y el INE, que deberá establecer lineamientos clave, tienen en sus manos decisiones que definirán si el proceso avanza con los recursos adecuados o si la democracia queda limitada  a los recortes.

Mientras tanto, el IETAM ondea la bandera blanca, pero no como señal de rendición, sino como un llamado al entendimiento. “Trabajaremos para adecuarnos. Lo importante es cumplir con esta nueva función y dar muy buenas cuentas a la ciudadanía”, concluyó el presidente Juan José Ramos Charre.

Pero, ¿este enfoque conciliador será suficiente para superar los retos? En Tamaulipas, la austeridad y la democracia caminan de la mano en una cuerda muy delgada.