Una de las preguntas mas interesantes que recorre a Tamaulipas en el tema de la sucesión de la gubernatura, es en la opinión de su servidor, la siguiente:

¿Será capaz de vencer a MORENA la coalición integrada por los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática?

Aunque ña respuesta no la tiene nadie hasta ahora, de algo estoy seguro: La dirigencia nacional  –la estatal no pinta– de Regeneración Nacional, no duerme tranquila en suelo tamaulipeco.

Hoy, la percepción generalizada es que la ola morenista llegará al 15 Juárez sin mayores problemas. Todos los aspirantes a candidatos rebosan una confianza que raya en el exceso y cantan de antemano una victoria que todavía no tienen en las manos, a pesar de que en este país se acuesta uno a dormir con una realidad y se despierta con otra diferente.

No le falta razón en este momento a MORENA. Tiene en su futuro cercano como rivales a tres partidos disgregados, con diferencias aplastantes en sus visiones políticas y en varios casos distanciados por rencillas añejas.
Como para relamerse los bigotes.

Pero, como asienta un sobado dicho popular, no es lo mismo Chana que Juana, que en este caso podría traducirse en no es lo mismo separados que juntos.

Trataré de explicar esta percepción personal.

Las elecciones, dicen los viejos lobos de mar en la materia, se ganan con tres factores: Dinero, estructura y conocimiento del contrincante.

¿Y saben qué?… los tres atributos los tienen los futuros adversarios de la 4T.

¿Dinero? lo tiene el PAN… ¿Estructura? la tiene el PRI… ¿Conocimiento del rival? lo tiene el PRD.

Las tres “cualidades” existen, sólo falta mezclarlas en un coctel donde curiosamente el ingrediente principal lo aportarán los perredistas, sin duda los más pequeños de los hijos de esa alianza, pero también son quienes como en ningún otro establo conocen mejor a quienes nacieron con ellos, comieron con ellos, durmieron con ellos y crecieron con ellos. Saben hasta cómo roncan.

Si a esa información le agrega recursos económicos y un andamiaje que funcionaba a la perfección, seremos testigos de un verdadero choque de trenes. Y la historia lo exhibe: El poder federal también pierde.

Tenga cuidado si ya hizo su apuesta…

LEALTAD SIN REFLECTORES

No fue una figura de escenarios deslumbrantes.
Tampoco su nombre y apellidos aparecían con frecuencia en homenajes públicos o reuniones de las cúpulas de su partido, el Revolucionario Institucional.
¡Pero cómo le sirvió a su casa política!
Unos días atrás falleció Isidro Ruiz Sandoval; “Chilo” para sus amigos. Dejó un espacio que hoy no parece haber quien lo llene en el papel que él jugó como pilar de la operación política y electoral en Victoria y por consecuencia en Tamaulipas.
Si se requería un puente con sectores complicados, ahí estaba “Chilo”, si se necesitaba una mano izquierda para manejar a un sector belicoso, ahí estaba “Chilo”, si había que organizar una operación cicatriz, ahí estaba también. Siempre disciplinado, siempre fiel a sus colores.
Merecen sin duda homenajes los ex gobernadores, ideólogos y personajes rutilantes que sostuvieron al PRI durante muchos años, pero también lo merecen las trayectorias que se opacan para que otros brillen y el trabajo de quienes cavan en las trincheras para que otros levanten la bandera del triunfo.
De ese perfil era Chilo. Desde estas modestas líneas, un reconocimiento Don Isidro. Tardío, pero sincero…
 
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