Las protestas sociales en Michoacán con motivo del asesinato del alcalde de Uruapan Carlos Manzo, ¿Serán el principio de una serie de protestas o movimientos nacionales exigiendo al gobierno dar buenos resultados en materia de seguridad e incluso demandando la salida de funcionarios y gobernantes, cómo algunos opinan?

Y es qué, el crimen contra el edil conmocionó e indignó a la sociedad michoacana, que el domingo salió a las calles de Morelia a protestar y hasta vandalizar el Palacio de Gobierno en su exigencia de justicia, pero también, a una buena parte del país e incluso visibilizando el caso a nivel internacional, con la cobertura que medios extranjeros como New York Time, BBC y el PAÍS, le dieron a la noticia.

Desde la noche del sábado y hasta este lunes, el tema central en los principales medios de comunicación y las redes sociales era el asesinato de Manzo, quienes daban cuenta desde la valentía del político para declararle la guerra a los grupos criminales, su exigencia de una mayor eficacia de las fuerzas federales de seguridad, la forma cobarde en que fue asesinado y las protestas sociales por este hecho.

Si bien, no ha sido el único presidente municipal asesinado en Michoacán ni en México durante los últimos años, a lo cual lamentablemente nos hemos acostumbrado.  Su figura sí representa a un político, a un hombre de convicción, un valiente que alzó la voz y enfrentó de frente al crimen organizado, un político que sí tenía eso que a muchas y muchos otros les falta, la congruencia entre lo que decía y hacía.

Por eso su muerte ha causado furia entre los michoacanos, pero también indignación entre muchos mexicanos, por ver cómo aquellos pocos, muy pocos políticos y gobernantes que se atreven a combatir aquello que está dañando a sus ciudadanos, cómo es la violencia y la inseguridad, terminan siendo abatidos por defender las causas ciudadanas.

La muestra de que su bandera y su figura es más que justa para despertar a un pueblo harto de la violencia e impunidad que se viven en muchas regiones del estado, ya se vió en Michoacán, quienes ante el hartazgo que padecen todos los días, han decidido que el único camino que les queda, es salir a las calles a protestar.

Sin duda que fue un personaje que representa muy bien el pensar y sentir de millones de mexicanos, que desean vivir en paz, sin miedo, con la seguridad para ellos y sus familias y que desean acabar con la violencia en el país.

Sin embargo, ¿Su muerte será suficiente para movilizar una buena parte de la sociedad nacional para salir a protestar y exigir a las autoridades justicia? 

O simplemente ¿Se quedará como un hecho más que causó indignación, pero sin los elementos suficientes para cómo el mismo Manzo decía: despertar al tigre contra el gobierno? ¿Será acaso que los gritos de ¡fuera!, ¡fuera! contra Bedolla para que abandonara el funeral, pero también para exigirle que dejara el gobierno ante la incapacidad, se quedarán sólo como una anécdota más .

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