El tema de la gobernabilidad suena cada vez más en Tamaulipas o así lo han querido hacer sonar en las últimas semanas con todo el alboroto que se ha generado; y ese fue precisamente el asunto abordado entre el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández y el gobernador electo de Tamaulipas, Américo Villarreal.

El funcionario federal que, por cierto, se encuentra entre las piezas claves de AMLO rumbo a su renovación presidencial vino a esta región del país para reunirse con el gober de Nuevo León y otros funcionarios y abordar el tema de la seguridad por demás lacerado en aquella entidad y el del agua que ha convertido a Nuevo León en un verdadero apocalipsis, pero también aprovechó para hacer lo propio con el electo de Tamaulipas que habrá de tomar las riendas del estado en unos tres meses más.

El bloqueo de carreteras a manos del grupo de Hidalgo, que manifestó recientemente su apoyo al Doctor es un tema serio, sobre todo ahora que se dio a conocer el auto de formal prisión contra su líder, pero también el problema migratorio, las diferencias en el congreso, los fuertes temas de seguridad y por su puesto el agua.

Lo que están viviendo nuestros hermanos regios no es muy alejado a la realidad que vivimos acá en el rancho y Victoria, la capital de Tamaulipas, es el municipio que más se asemeja a lo que allá están viviendo; dice el director de la CEAT muy tranquilo que no hay por qué alarmarse, pero al mismo tiempo advierte de una severa sequía en esta región del país que está secando nuestras presas.

No entiendo.

Y ya que estamos hablando de incongruencias, pareciera que la declaración del diputado morenista Pepe Braña en contra del alcalde de su mismo partido, Lalo Gattás es una incongruencia, pero no lo es. Le exigió, palabras más, palabras menos, dejar en paz a los trabajadores sindicalizados a quienes les recortó las prestaciones y respetar sus derechos laborales y acusó de no estar cumpliendo con los principios de la cuarta transformación que es no afectar a los que menos tienen.

Analicemos. No en la primera vez que el sobrino de AMLO se dirige duramente contra su “amigo” el alcalde y eso es muestra, una vez más, de que las cosas no andan bien en el partido, o no andan bien el municipio y se refuerza la versión de que el fuego amigo sigue arreciando para lograr lo que a Xico (aunque sin premio del estado). Bien dicen que sí el rio lleva es porque agua lleva y no precisamente el vital líquido que tanto necesitamos.

Que Dios los bendiga, gracias. Nos leemos en las redes sociales