Cuando pienso sobre el significado de la palabra “equilibrio”, me viene a la mente la imagen de estar en el centro de una cuerda floja, con los brazos extendidos, manteniendo una postura estable y centrada, consciente de que un mínimo descuido de concentración podría poner en peligro dicho equilibrio. Para esto, mantenerse firme es de suma importancia; incluso, ante desafíos y situaciones adversas, mostrando en todo momento control, calma y estabilidad emocional. A lo largo de la historia las antiguas civilizaciones han expresado su visión del equilibrio de diversas maneras, interpretándolo de acuerdo con sus creencias e ideales.

Por mencionar algunos datos, los griegos concebían “el equilibrio” como una medida justa para evitar los extremos; también hacían referencia a la “regla de oro”, que sugería tratar a los demás como uno quisiera ser tratado. En el antiguo Egipto, el concepto de equilibrio se asociaba con la conciencia de la Diosa Maat, que simbolizaba la justicia, la verdad y la armonía. De igual modo, en la gran civilización china, “el equilibrio” encontraba representación en el “Yin Yang”, símbolo de las fuerzas opuestas pero necesarias y complementarias, lo que implicaba la búsqueda de equilibrio en todos los aspectos de la vida. Asimismo, en la cultura Maya, el equilibrio era un principio fundamental que permeaba todas las áreas de la vida, desde la política y la religión hasta la sociedad en general.

En el ámbito político, una de las representaciones más significativas del “equilibrio de poder” la encontramos en los extensos ensayos de Teoría Política que Marco Tulio Cicerón dedicó a escribir a lo largo de distintas etapas de su vida. Cicerón tenía la costumbre de ofrecer consejos, especialmente a sus parientes y amigos más cercanos, lo que añade intensidad en su opinión sobre el equilibrio de poder en la esfera política.

Para Cicerón, que resaltó el papel del gobernante al enfatizar la necesidad de emitir “órdenes justas, útiles y acordes con las leyes”. Afirmaba que el gobierno ideal es aquel que logra un equilibrio y moderación al combinar lo mejor de las tres formas de gobierno: la monarquía, la aristocracia y la democracia. Él sostiene que cuando estas formas se desvían de su virtud original, pueden degenerar en sus contrarios: la monarquía en despotismo, la aristocracia en facciones y la democracia en tumulto y rebelión, es decir, anarquía. Respecto a esto último, decía que: “esta tiranía es tanto mas cruel tanto que no hay monstruo más terrible que esa fiera que toma la forma del pueblo”.

Otros pensadores notables han abordado el tema del equilibrio del poder a lo largo de la historia. Al respecto, citaré algunos ejemplos, Nicolás Maquiavelo sostenía que se disponga de las instituciones necesarias para canalizar el conflicto dentro de las mismas, sin las cuales la republica se desarmaría, de tal manera que los líderes políticos podían mantener este equilibrio mediante estrategias de astucia y realismo político. John Locke, por su parte, defendía la separación de poderes y la limitación del gobierno para proteger los derechos naturales de los individuos. De igual manera Montesquieu desarrolló la teoría de la separación de poderes en el gobierno (legislativo, ejecutivo y judicial), argumentando que esta división era esencial para prevenir la tiranía y mantener el equilibrio del poder. Además, Thomas Hobbes, quien formaba parte de esta corriente de pensamiento dedicada a explicar el origen y la legitimidad del poder público, planteaba que el equilibrio del poder era necesario para evitar el caos y el conflicto en la sociedad.

Por último, James Madison uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, abogaba por que el poder se dividiera en tres ramas: el poder legislativo, ejecutivo y judicial. Esta división de poderes tenía como objetivo evitar la concentración excesiva de poder en manos de una sola persona o grupo, lo que podría llevar a la tiranía. Madison creía que, al dividir el poder de esta manera, se crearía un sistema de controles y equilibrios en el que cada rama del gobierno serviría como un control sobre las acciones de las otras, evitando así el abuso de poder y dando como consecuencia un “equilibrio”.

En el contexto actual, es necesario tener en mente el concepto de “equilibrio” en todas las facetas de nuestra existencia: desde nuestra vida personal, el cuidado del medio ambiente, y el entorno político, entre otros. Es fundamental que aquellos que ejercen el poder sean un ejemplo de equilibrio, motivándonos a todos a buscar y mantener esa armonía en nuestras vidas y en el mundo que nos rodea.

Al igual que el universo sigue leyes específicas de la naturaleza que sustentan su funcionamiento, la vida humana también está sujeta a estas leyes supremas. En este sentido, cito la frase de George F. Kennan: “El equilibrio de poder es como una danza en la que cada actor debe mantenerse firme y preciso para evitar que el sistema se desmorone”. Ojalá siempre exista el equilibrio del poder en nuestro país.