El modelo neoliberal impuesto por Carlos Salinas no resuelve el desempleo, no eleva el poder adquisitivo y causa desigualdad social. La informalidad laboral es un problema socioeconómico, 50% de la población, carece de seguridad social.
El neoliberalismo afecta de manera negativa a todos, pero al más fregado se le nota más. Se establece en países en los que los gobiernos reprimen aumentos de salario para los trabajadores, dan exención de impuestos por tiempo prolongado en detrimento de la captación, pone a disposición de los inversores infraestructura barata, permite deterioro y contaminación del medio ambiente; en suma, una explotación con empleo barato. Deshacerse de este modelo exige tener un modelo que ofrezca empleo para no dejar al trabajador con escaso salario, sin salario.
Empobrecer a la sociedad es resultado de aplicar por décadas política de deterioro económico. Sacar a la población de la pobreza, exige un cambio de proyecto de gobierno que inicie en la captación integral de impuestos, romper esquemas de apoyo que son mecanismos de evasión fiscal (“gol por México”) Con más dinero, Hacienda a utilizar racionalmente. Impulso al bienestar social; salud, alimentación, vivienda, educar, empleo, adestramiento, capacitación, enriquecer el valor de mano de obra y dignificar a la persona otorgándole su lugar en la sociedad. Exige honestidad e integridad en el servicio público y privado, compromiso social, y mantener esta política, no los gobernantes, por el triple de años en que se llevó al pueblo a la pobreza. Sin corruptor no hay corrupto.
La preferencia electoral carece de importancia, el aspecto medular es el proyecto de estado a establecer. De cumplir López Obrador 20% de sus promesas, México se transformará para bien, sin duda. Puntos de critica hace décadas son el exceso de trámites por la burocracia y la duplicidad de funciones. Ciertamente el DIF no es el indicado para campañas de salud. López Obrador dispone de 6 años, tal vez quiera estar en el poder más tiempo, el que considere necesario para transformar el país, situación que sería muy grave para el proceso democrático mexicano, lo que abre una coyuntura difícil, la sucesión a favor de cuál personaje.
López Obrador trae elementos de primera línea con él, conocidos corruptos, más adquisiciones priistas, corruptas y con mañas. Le espera una tarea difícil, iniciar por deshacerse de la corrupción conocida, propia y arribista, y luego combatir los actos corruptos que se presentarán en la administración. Un Presidente que combate la corrupción no lleva al servicio público a ratas ya conocidas bajo pretexto de dar más oportunidad a los que mostraron vocación de rapiña y traición al país, hacerlo es un acto de traición a su promesa. Si carece de elementos para enjuiciarlos, no lo haga, no pierda tiempo encontrándolos, pero no los meta a la administración ni permita que hagan negocio a esa sombra de poder. Punto fundamental de credibilidad; es el ejemplo, López Obrador, candidato, lo repetía,.
Bartlet y Monreal, y muchos más, serán piedras que chocarán aunque el pleito sea por debajo. Serán triunfadores los hombres del Presidente, los priistas ratas que abandonaron el barco que se hundía, son corruptos y traidores.
López Obrador dijo que con el ejemplo acabará con la corrupción, no lo olvidemos para reclamarle o reconocerle.