Siempre que culmina el año hay que hacer proyectos y planes, y los gobiernos de todos los niveles son los primeros en hacerlo, a manera de que la autoridad competente, -como es en su caso el Cabildo, el Congreso local y el Congreso de la Unión- puedan tener el documento, avalarlo y aprobarlo, para que éste pueda ejercerse adecuadamente.
Siempre ha cambios, de acuerdo a las necesidades de cada instancia, tiempo y otras variables; los recortes han sido algo que todos tememos, porque definitivamente, no ayudan en nada, ya que solo se perciben en limitar las actividades, siendo el sector ce educación y cultura el más afectado.
Principalmente el de cultura, como si no fuera importante preservar y fomentarla entre la población. Otros piensan que hay que limitar aspectos diversos. Cada gobierno, pues, tiene sus prioridades.
En el ámbito de la educación suponemos que se deberá hacer un buen análisis para determinar qué hay que ajustar y cómo hacer que funcione bien el aparato burocrático existente, sin la sombra maligna de una Elba Esther Gordillo amenazando con volver, si no es que ya está dentro del carro morenista.
La educación debe ser intensa, positiva, adecuada, intransigente y directa.
No podemos ya darnos los lujos de permitir que no se eduque adecuadamente, pero… ¿Qué es lo adecuado? ¿Quién determina si es o no adecuado? Ese es el problema más grande que hay, sin lugar a duda.
En ese sentido, se estableció una reforma educativa que algunos rijosos y otros perezosos determinaron que era coercitiva y atentaba contra los derechos laborales de los profesores, sin detenerse a pensar que lo que se trataba era de tener en cada aula a un profesor capacitado adecuadamente para dar clase.
Porque los tiempos de Elba Esther, Jongitud y otros caciques se hicieron famosos por regalar tantas plazas a vividores y vividoras de la educación: se buscaba mejorar, y ahora nos vienen a decir que no es cierto, que atenta contra los derechos del maestro.
¿Derecho? Ellos violan el derecho de los niños de recibir educación adecuada, ¡y nadie les pone un dedo encima!
En el nivel superior ha habido recortes importantes: las universidades fueron auditadas y varias salieron mal, y ahora se tiene que justificar minuciosamente el recurso que se emplea, en qué y para qué. Nos parece una medida muy adecuada, porque no tenemos, finalmente, por qué disponer de un dinero público para fines privados, salvo el salario, pero lo otro sigue siendo dinero de todos.
Rectores de universidades públicas, incluido el nuestro, José Andrés Suárez Fernández piden al gobierno federal que no haya recortes presupuestales, que además ocasionan desempleo y abren otra herida en una población agraviada por los niveles de corrupción que todos conocemos y vemos como, impunemente no pasa nada.
Entendemos que hace falta un plan integral que nos lleve, desde muy pequeños a una formación que no tenga lugar a dudas. Que los muchachos lleguen al nivel o grado siguiente con la preparación adecuada. Que se deje de prohibir el reprobar a alguien, porque esas medidas han hecho mucho daño al país.
No todos nacimos para investigar, ni para leer o para cargar bultos; en una comunidad como la nuestra se requiere de todo tipo de personas con todo tipo de preparación, y si existiera un buen programa tendríamos una generación lista para lo que venga, y sobre todo, una comunidad magisterial con el conocimiento adecuado y la garantía de que son personas que aman la docencia, que se preparan, se actualizan y todos los días están buscando mejorarse para mejorar a los demás.
Y entonces, ya podremos ver el cambio del país. En tanto, no podemos pensar en mejorar la educación, mientras existan los y las “Gordillos” incrustados como hace una sanguijuela.

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