El oficio del periodismo exigía para estar en capacidad de entender el entorno y plasmar ideas, conocimiento adquirido, resultado de reflexión y de análisis luego de revisar varios periódicos locales, estatales de las regiones importantes y por supuesto periódicos nacionales, más una imprescindible tarea, leer libros de autores clásicos y contemporáneos. Desarrollar todo este ejercicio más una mente clara definían la calidad del periodista el que debía guiarse por valores universales como la ética, la veracidad, la integridad, el amor para con su patria, para entregar una cuartilla de calidad, reto que muy pocos periodistas logran en su carrera.

Hace 30 años atender esta tarea en Tamaulipas era difícil, propia de quienes sobre esta base se convirtieron en grandes plumas y lectura obligada en los periódicos de Tamaulipas y permitió a múltiples tamaulipecos incursionar con éxito en la hoy Ciudad de México. Se dedicaba la vida a…, sin distracciones ni dobleces, para llegar a clarificar el panorama político, social y económico de la entidad y el centralismo político.

Era una labor complicada pues la aparente coalición creencia-conocimiento, es en realidad inacción y acción intelectuales. Para creer basta estar dispuesto a aceptar como real y cierto y llevar al grado de conocimiento, lo que se nos dice o se lee, para llegar al conocimiento se debe buscar, leer, cruzar información, comprobar, reflexión y análisis para llegar a una deducción que se llama conocimiento. Por ello me refiero en el párrafo anterior a se dedicada la vida a…”, vocación de encontrar la noticia cierta, el producto final de un largo proceso de ejercer intelectualmente en busca de conocimiento, no de un dato falso, de apreciaciones, de ocurrencias.

El surgimiento de las redes sociales y las plataformas complican, hacen caótico el proceso intelectual ante la avalancha de contenido que se vierte. Simplemente no es posible conocer toda la información y datos que se vierten a través del internet. El primer reto es identificar cuáles son las fuentes dignas de crédito por cumplir con los requisitos antes señalados para que el periodista o el lector elijan la biblioteca que a diario se transforma y que debe ser leída día a día. Al ser una herramienta que disparan otras herramientas electrónicas en respuesta a comentarios, se vuelve imposible para el lector común lograr identificar conocimiento de entre montañas de basura electrónica.

La herramienta para encontrar la ruta del ejercicio del periodismo apegada a valores es el ejercicio intelectual, como siempre lo ha sido, solo que ahora esereto es más difícil, más complicado, el disfraz del internet permite verter mentira y calumnia e incrementa el número de mentirosos y calumniadores al tiempo que los mecenas de estos mentirosos se esconden. Derivado de la rapiña del dinero público y del crecimiento y complicidad del crimen organizado con el poder político, sobran los que ordenan fuego a discreción, según a su interés convenga, sea en el internet o por armas de fuego.