Seguro estoy que muchos de nosotros hemos escuchado que el buen humor trae grandes beneficios para la salud; de hecho, la risoterapia es una técnica psicoterapéutica empleada para producir beneficios mentales y emocionales.
El buen humor, afecta positivamente nuestra salud de la siguiente manera: Nos ayuda a desestresar, facilita nuestra capacidad para atraer a otras personas y crear agradables puentes de comunicación que generan emociones positivas, ayuda a que mejore nuestra memoria a largo plazo, al facilitar la retención de los mensajes que nos llegan; nos ayuda a relajar; mejora la salud del cerebro al activar zonas importantes para el aprendizaje y la comprensión; mejora la salud cardiaca al activar la liberación de dopamina, que se asocia con la repetición de conductas placenteras; mejora el sistema inmunológico y con ello la posibilidad de combatir con eficiencia el embate de procesos infecciosos y otros agentes que ponen en riesgo nuestra vida. El buen humor contribuye a sentirnos felices al mejorar nuestro estado de ánimo.
Pero ¿por qué hablar del buen humor en este artículo?, pues resulta que estando en consulta llegó uno de mis pacientes que goza de un excelente sentido del humor, pero simuló estar un poco contrariado por el hecho de que le habían impartido una plática sobre la importancia del lavado de manos para evitar contraer enfermedades infectocontagiosas, la cual calificó de excelente; entonces le pregunté el por qué de su contrariedad, y moviendo su cabeza de un lado para otro me dice: _No encuentro la forma de cómo aplicar el conocimiento que acabo de recibir, porque no habiendo agua en muchos de nuestros hogares, ni para beber, cómo desperdiciar la poca que en ocasiones recibimos, con el lavado tan frecuente de manos, que nos solicitaron en la plática; y si no sale agua, y aparte no hay con qué pagar los recibos por el servicio que no recibimos, cómo le hacemos para comprar el gel que puede sustituir al agua en el lavado de las manos. Sin duda tenía mucha lógica su deducción, por lo que no pudimos evitar sonreír por ello, y más, cuando me dice: _Antes de entrar a consulta me fui directamente al sanitario, porque me había estado aguantando mucho las ganas de orinar y al llegar a él, encuentro un letrero que decía “disculpe no utilice el baño porque no hay agua”, pero como era imposible aguantarme, traté de abrir la puerta y una persona me sale al paso y me dice: _Acaso no sabe leer, no hay agua, y a manera de disculpa para que me dejara entrar le contesté _No se preocupe señor, yo haré mi contribución vaciando mi vejiga generosamente; y para cerrar con broche de oro la sesión de risoterapia me dice: _Yo quisiera que mejor alguien me explique, ¿por qué, si después de lograr una muy esperada consulta de la especialidad de urología, con motivo de padecer de la próstata, el especialista nos extiende la receta por el medicamento específico, y resulta que tenemos que esperar más del doble de tiempo para que se nos surta el medicamento, yo investigué, y al parecer sólo somos de 7 a 8 pacientes en esta unidad médica los que necesitamos los dos medicamentos, acaso no pueden comprar ese producto? Antes de que pudiera contestarle replicó: _No me diga nada, vi las noticias por la mañana.
Antes de agradecerle su asistencia y felicitarlo por ser cumplido en sus citas lo exhorté a no perder nunca su buen sentido del humor, explicándole los beneficios de éste sobre la salud en general.
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