La historia, esa cuentacuentos de toga y birrete, en el paso de los años ha dejado clara una lección en el escenario público mexicano, que ahora se puede trasladar al ámbito tamaulipeco.
Las decisiones que se toman en esos círculos tienen origen en dos grandes causales: lo necesario y lo político.
Viene a colación la reflexión, por el balance que hasta ahora, en la percepción de su servidor, deja el caso que involucra al ex gobernador Eugenio Hernández Flores, en donde se le acusa –para unos con justicia y para muchos injustamente– de diversos delitos envueltos en una maraña de confusiones y según sus abogados, de anomalías.
¿Por qué precisar la diferencia entre lo necesario y lo político?
A manera de intentona de respuesta, si me permite, externaré una opinión personal en torno a ese tema.
En el primer caso, quizás quienes integraron la averiguación penal contra Eugenio lo hayan considerado en su momento, como dije antes, necesario. Tal vez los resultados de sus investigaciones arrojaron elementos que calificaron de suficientes para proceder como lo hicieron, “en aras de la justicia” como se dice popularmente.
Si esa es la motivación, los tribunales tendrán la palabra final.
Pero hay que detenerse un poco en la segunda raíz: la política.
Si con la detención del ex mandatario sus acusadores esperaban construir un beneficio político, los hechos hablan de lo contrario.
Hasta ahora, la reclusión de Eugenio Hernández sólo ha despertado apoyo –como es super lógico– en las huestes panistas, pero en los círculos públicos de Tamaulipas, en los empresariales, en los profesionales, en los productivos y sobre todo en los populares, la figura del ex gobernador ha sido victimizada.
Basta echar una ojeada a las reacciones plasmadas en cartulinas fijadas en las afueras del penal victorense y en declaraciones de líderes de colonias, amas de casa, trabajadores del campo y obreros, en donde expresan su respaldo moral al indiciado. Sería ocioso recapitular sobre lo que se asienta en esos manifiestos, pero es evidente su solidaridad con el mismo.
No sé si la ley se este aplicando en forma correcta porque, insisto, es tarea de los jueces definirlo, pero en el terreno político es evidente que en este sainete tamaulipeco un viejo refrán muestra una posibilidad indeseable para los acusadores de Hernández Flores:
Que el tiro, salga por la culata…
FINANZAS Y DESARROLLO
Llama la atención la dinámica del ayuntamiento victorense en cuanto al número y diversidad de obras públicas que gestiona, impulsa y construye.
No hay duda de que el alcalde Oscar Almaraz es un buen administrador en tiempos de astringencia presupuestaria, pero en este renglón me parece que no se ha dimensionado en su real valor el trabajo financiero que se ha aplicado para que la capital estatal no sólo no se detenga, sino que avance.
En ese cometido, el trabajo del Tesorero, Gerardo Robles Riestra, ha sido y es puntal para aprovechar al máximo los recursos, eficientar sus resultados y no permitir gastos innecesarios que impidan la marcha de programas sociales y beneficios para los residentes victorenses.
Al César, lo que es del César…
GRATITUD
Ofrezco una disculpa por haberme ausentado unos días de este espacio. Aún tengo el alma y la mente perturbadas por la aflicción de despedirme para siempre en esta tierra, de mi querida madre.
Tal vez no sea la mejor manera y quisiera hacerlo personalmente a todos quienes me apoyaron moralmente en esa pena, pero en estas líneas les envío a mi familia, a mis amigos y compañeros de trabajo, mi eterna gratitud por ser solidarios conmigo en sus sentimientos, en muchos casos sin importar la distancia. Cada palabra, cada abrazo, me ayuda a salir adelante.
Desde el fondo de mi corazón, gracias a todos…
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