La gran inflación que azota globalmente y amenaza la recuperación económica mundial tiene causa; muchos dólares en el mercado vertidos por EE. UU., y organismos internacionales que sacaron de la nada, sin respaldo ni garantía alguna, es dinero sin valor real. Sucede con toda mercancía: cuando hay demasiado de un producto, baja su precio. En el caso del dinero, es inflación, compra menos. EE. UU., vive la más severa inflación en 40 años: 8.6%. Al ser el dólar la moneda de comercio internacional, losciudadanos del mundo están afectados.
La directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, admite; que no se prestóatención a la ley de las consecuencias no deseadas;demasiado dinero y muy pocos bienes, no se previeron las consecuencias de manera que hubiéramos actuado mejor. La pandemia dejó la economía paralizada, negocios en bancarrota, trabajadores sin trabajo y capitales disminuidos o desaparecidos. EE. UU., acudió al rescate de su estilo de vida. La Reserva Federal compró bonos sin límite en el mercado. El gobierno repartió cheques y estímulos fiscales por todas partes para que todos tuvieran dinero para sobreponerse a la crisis. Es una de las formas que usa el poder político para crear dinero continuamente. Los gobiernos emiten bonos en el mercado. Los grandes bancos los adquieren y luego los venden al banco central, que emite dinero para pagarles los intereses. No necesita reservas de oro. Ni siquiera se fabrica billetes, son depósitos electrónicos en cuentas y balances contables; números en una pantalla.
Tras la gran crisis hipotecaria en 2008, la Reserva Federal ya había acelerado la fábrica de dólares y aumentado la cantidad en circulación y no se detuvo. En enero había 3.4 billones de dólares en circulación,para diciembre, 5.2 billones, según la Federal Reserve Economic Data. Para una imagen tangible, 24% de los dólares en el mundo fueron emitidos en ese año. Los dólares no han terminado de salir como chorro a presión. En abril 2022 ya había 5.8 billones circulando. La inflación que ocasionan pega duro y con todo a las economías más pobres.
Según la FAO, los precios de los alimentos han aumentado 37% desde el inicio de la pandemia; la guerra en Ucrania ha ocasionado aumentos de precio y escasez de granos. La FAO estima que habrá entre 11 y 19 millones de personas más a la hambruna o hambre crónica. El dinero sin reserva, sin productividad debe terminar su reinado de la mano del poder político. Tener libertad de expresión o de tránsito es una ilusión si las personas no tienen libertad sobre su dinero y la posibilidad real de generar y mantener riqueza