La Organización Mundial de la Salud recomienda que los adultos (18-64 años) realicen 150 minutos de actividad física (AF) de intensidad moderada a la semana o 75 minutos de intensidad vigorosa. El estilo de vida obliga a acumularlo en 2 días, quienes así lo hacen se llaman, Guerreros del fin de semana (GFS) Hay estudios se demuestra que el riesgo de mortalidad por todas las causas podría disminuir en las personas que siguen este último esquema de ejercicio, pero su poder estadístico es limitado.
Investigadores de Inglaterra evaluaron la asociación AF y mortalidad por todas las causas; cáncer y enfermedad cardiovascular en un análisis de 11 estudios. De 1994-2012 se recolectó información con un cuestionario que explora características de 11 dominios asociados con la AF, en 64 mil participantes (hombres, 46%; mujeres, 44%) mayores de 40 años residentes de Inglaterra.
Se encontró: Del total de participantes, 63, 22, 4 y 11%, se clasificaron, inactivos, insufi¬cientemente activos, GFS y regularmente activos. 45% de los GFS realizaban una sesión a la semana, 55% realizaba dos sesiones. El tiempo dedicado a AF de intensidad moderada fue mayor en los individuos regularmente activos que los GFS. La tasa de mortalidad por todas las causas fue menor en los GFS y regularmente activos (cáncer y enfermedad cardiovascular)
Los investigadores concluyen: Estudio, con suficiente poder estadístico. Sugiere que diferentes patrones de AF se asocian con disminución en tasas de mortalidad por todas las causas, por cáncer y por enfermedad cardiovascular. El GFS y otros esquemas de AF caracterizados por 1 o 2 sesiones a la semana de AF de intensidad moderada o vigorosa es suficiente para reducir los riesgos de mortalidad por todas las causas, independientemente de los lineamientos predominantes de AF.
La Gastritis, epidemia que no se menciona ni se señala, ocasiona en el mundo gran gasto en medicamento para control de los síntomas, uso indiscriminado que oculta la sintomatología de un cáncer gástrico, tiene un aliado eficaz, que hace 4 décadas se consideraba imposible, el hecho de que una bacteria sobreviviese en el ácido clorhídrico del estómago.
La infección por Helicobacter pylori ocasiona trastornos crónicos gastrointestinales (gastritis crónica, úlcera gástrica y duodenal, linfoma, adenocarcinoma gástrico, tercera causa de muerte por cáncer en el mundo) Se relaciona con enfermedad coronaria, rosácea y urticaria idiopática; enfermedad tiroidea autoinmune, púrpura trombocitopénica y anemia por deficiencia de hierro. La infección con H. pylori ha colonizado la mucosa gástrica de la mitad de la población mundial. Las vías de transmisión son oral-oral, oral-fecal, gástrico-oral y por los alimentos.
La tasa de supervivencia de H. pylori es elevada. Sobrevive en agua, verduras, leche, jugos pasteurizados, carne de res molida, salsas fermentadas y alimentos cocinados. En leche a 4°C. Se piensa que la leche procesada es más efectiva que otros alimentos en la transmisión de la infección. Se ha demostrado en México la presencia de ADN de H. pylori en muestras de agua del grifo, pozo, lagos, sistemas acuáticos y en camiones que transportan el líquido. Su presencia en todo tipo de agua se debe a su capacidad de adherirse al cobre y acero inoxidable. Es resistente al cloro que se usa para potabilizar el agua.
Para confirmar la transmisión definitiva de H. pylori por alimentos y agua, se requiere investigar en otros alimentos de origen animal; y su capacidad de supervivencia en salsas fermentadas y productos lácteos. Biología molecular y aislamiento de H. pylori en agua y alimentos, daría certeza confirme o descarte el papel del H. pylori como patógeno que se transmite por alimentos y agua.

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