Lo que acaba de suceder en Baja California, en donde el Congreso Local se pasó por el arco del triunfo la voluntad de los ciudadanos en ese Estado y le regaló “por los suyos” a su nuevo gobernador tres años más, me lleva a recordar en esta patria chica el último año del mandato de Egidio Torre Cantú.
El entonces mandatario tamaulipeco, como dicen los taurófilos, le había agarrado querencia a las tablas y acariciaba en la intimidad, como casi todos los mandatarios lo hacen, el sueño de prolongar su control político en la Entidad.
En una visita al Congreso Local donde fue entrevistado, los reporteros le preguntaron si había la posibilidad de que la siguiente administración fuera de sólo dos años, como ya estaba sucediendo en otros estados, a lo cual respondió que en su opinión aún no eran los tiempos, aunque le corrió la cortesía a los diputados locales de que ellos eran los que lo decidirían.
Entonces, una pregunta entre inocente y absurda se escuchó en ese diálogo:
¿Y no sería posible que el Congreso decidiera prolongar su mandato dos años y homologarlo con la sucesión presidencial?
Los rostros de los reporteros mostraron asombro y Egidio sonrió emocionado como si ya hubiera sopesado antes esa opción, pero ganó en él la prudencia y respondió mustiamente: “No, no lo creo posible”.
Imagínese ese cuadro hoy con el modelito bajacaliforniano. Egidio debe darse a todos los diablos ahora, porque en esos días tenía el control absoluto del Congreso, pero todo indica que no tuvo “los esos” para aventarse ese tiro,
Por fortuna…
MEDICINA NECESARIA
Es como las buenas medicinas: Amargas, pero necesarias.
El acuerdo suscrito ayer por el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca con sus homólogos de Coahuila y Nuevo León para tomar acciones que impidan que los tres estados se conviertan en un caos por la invasión de miles y miles de migrantes centroamericanos, refleja el carácter indispensable de esa medida ante un grave problema en el cual la prevención hace tiempo dejó de ser una solución aceptable.
Hoy ya no hay tiempo para sesudos análisis o discursos. Las decisiones en ese tema deben tomar el lugar de los proyectos. Y eso es lo que han hecho los mandatarios.
No es una postura sencilla de llevar a cabo, porque es imposible negar que ese éxodo, pese a que en él se incluyen hasta delincuentes, es en gran parte una crisis humanitaria que debe atenderse bajo la óptica de los derechos humanos, pero también con la firmeza que requiere proteger a los mexicanos que residimos en esta geografía fronteriza.
En este caso específico, aplaudo no sólo la determinación de los mandatarios, sino al hecho de que hagan causa común e integren un bloque que permita un control saludable de esta migración ilegal y eviten que lo que en estos momentos todavía pueda rescatarse, que es el orden social, mañana esté en un camino ssin salida.
Y lo admito: me da gusto que lo hagan en Tamaulipas, porque es muestra de que nuestro Estado sigue siendo el polo político, económico y social del noreste nacional…
¿OTRO SALTO?
Una pregunta como epílogo del día:
¿Cómo llegó Fernando Mansilla, ex mano derecha del derrotado candidato priísta a la gubernatura, Baltazar Hinojosa, a la estructura “de confianza” del IMSS en Tamaulipas?
Si me apego a la regla no escrita de que en la política no existe el azar, podría pensar que el matamorense es uno de los “santones” tricolores que está preparando bajo la mesa el salto hacia MORENA y empieza a utilizar como puentes a sus hasta hace unos años, arrogantes alfiles.
Si es así, mis condolencias para MORENA. No saben a quién le están abriendo la puerta…

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