Los políticos son mentirosos. La pobreza se profundiza y amplía derivado de la política neoliberal de explotación del trabajo, de una corrupción descarada y por la baja calidad del sistema educativo, el pobre nivel de escolaridad de la población; pocos llegan a la educación superior; por reprobar el examen de admisión, por falta de cupo en universidad pública y la mayoría por no terminar la preparatoria por carencias económicas, lo que genera una maleducada participación laboral e improductividad, problemas que socavan la economía mexicana y le acotan para ser moderna, competitiva, fuerte. Parece que estamos condenados a seguir en la mediocridad, con gobernantes mediocres apoderados del Estado Mexicano, que ignoran gobernar y están por dinero fácil y mal habido, a través de negocios sucios con capital del pueblo.

De acuerdo con el informe dado a conocer por el Índice de Capital Humano del World Economic Forum (WEF), México retrocedió cuatro lugares (65 al 69) pues aprovecha 61% del capital humano, lo que lo sitúa en décimo lugar en América Latina. La caída se debe a la baja calidad de la educación, al nivel de escolaridad de la población y a la tasa de participación laboral. Noruega y Finlandia son los primeros con 77%; Suiza, Estados Unidos, Dinamarca, Alemania, Nueva Zelanda, Suecia, Eslovenia y Austria conforman los 10 primeros lugares con más de 70%. Argentina, Chile y Bolivia, 64%, lo que los sitúa en el lugar 52, 53 y 54.

WEF califica 4 áreas de desarrollo de capital humano: capacidad, desarrollo, despliegue de fuerza laboral y conocimientos en 24 indicadores. Las peores evaluaciones de México están en la parte de desarrollo. En el sistema educativo en niveles básicos, está en el sitio 92; en despliegue de fuerza laboral, lugar 77; en capacidad, lugar 61, y conocimientos, en el 48. Destacó que el país alcanza respetable resultado en capacidad de su fuerza laboral, gracias al sólido logro educativo en niveles básicos, a partir de ahí, la calidad de la educación desmerece lo suficiente para que México sea país de mano de obra barata.

De esta situación se desprende lo endeble de nuestra economía cuya credibilidad es constantemente sometida a las pruebas de la devaluación e inflación, las que reprueba para desgracia de los mexicanos. Peña Nieto en su propuesta de presupuesto para 2018 fortalece las finanzas para tranquilizar inversionistas, no fortalece el bienestar social. S&P Global Ratings y Fitch Ratings mejoraron su perspectiva sobre México de negativa a estable derivado de los esfuerzos del gobierno por estabilizar el monto de la deuda del país a costa de reducir de manera drástica el gasto destinado al bienestar social pues la calificación permite al peso pasar de ser la moneda de peor desempeño del mundo, a ser apuesta monetaria lucrativa.

México planea un déficit presupuestario de 2.5% del Producto Interno Bruto en 2018, más que el 1.4% de este año que habría sido 2.9% sin la transferencia del Banco Central como consecuencia del derrumbe del peso en 2016. En 2014, la brecha fue de 4.6%, la mayor del siglo. El plan presupuestario 2018 implica recorte del gasto programado de 44 mil 800 millones de pesos.

Luego de la mejora de la perspectiva crediticia, el Estado Mexicano se ve obligado a avanzar en la consolidación fiscal y a cumplir las promesas que hizo, dijo Benito Berber, economista para América Latina de Nomura Holdings. “Si no cumplen con lo que dijeron que harían, surgirá la probabilidad de una rebaja de calificación”. Advertido está, el Estado Mexicano hace lo que el Fondo Monetario ordena o se queda sin dinero para robar, lo que significa tragedia para el Estado Mexicano. Hay patria en tanto la élite de poder disponga de facultades y dinero para gastar y robar.