De manera sorpresiva, inimaginable e inoportuna, el Gobernador Américo Villarreal Anaya visitó Reynosa para expresarle su apoyo, simpatía y solidaridad al presidente municipal Carlos Peña Ortiz, que tiene una orden de aprehensión girada en su contra.
Américo metió las manos al fuego por Makito nomás por darle las contras a Cabeza de Vaca, a quien identifican como el autor intelectual de la persecución política y policiaca emprendida contra los forasteros llegados desde Chihuahua para adueñarse de Reynosa.
Le volvieron a fallar a Américo sus asesores pues compró un pleito ajeno que no le redituará sino dolores de cabeza, pues Makito no es una blanca palomita debido a que su señora madre, doña Maki, desde niño lo vistió de seda.
El junior tiene demandas penales desde hace cuando menos dos años, por enriquecimiento inexplicable, ya que siendo un imberbe sin actividad productiva ni ingresos económicos propios, aparece en documentos oficiales como el comprador de un rancho por el que entregó varios millones de pesos.
Américo se asumió como defensor de oficio de Makito y lo defendió a capa y espada, atribuyendo las acusaciones enderezadas en su contra como producto de viejas rencillas. Lo calificó como una persona íntegra y con valor, víctima de hostigamiento e intimidación.
Pero además, el médico Villarreal Anaya echó gasolina a la lumbre al felicitar a Makito por haber negado la autorización para que empleados del gobierno de Reynosa emitieran la carta de residencia solicitada a favor de Francisco García Cabeza de Vaca.
Este formidable respaldo de Américo a favor de Makito debe de interpretarse como otro severo coscorrón a Cabeza de Vaca, que de plano no puede caer más bajo como diría José Alfredo Jiménez.
En otros temas, los diputados locales Edgar Melhem Salinas y Alejandra Cárdenas Castillejos se arrepintieron de haber convocado a conferencia de prensa, pues los reporteros los acorralaron con preguntas incómodas.
El tema de la comparecencia era el posicionamiento de la bancada tricolor respecto del incidente donde diputados locales del PAN golpearon en la propia sede legislativa al periodista José Inés Figueroa Vitela.
El veterano comunicador anunció su intención de demandar penalmente a los legisladores panistas que lo agredieron, especialmente a Leticia Sánchez Guillermo y a Vicente Verástegui Ostos y Felix Fernando García Aguiar, el Moyo junior.
El fuero no vale para efectos de encubrir actos de violencia, de tal manera que los videos, fotografías y testimonios que existen sobre el cobarde atentado contra la integridad física del periodista, son suficientes para instalarlos en el banquillo de los acusados.
Seguramente por delicadeza, el Gobernador Villarreal Anaya evade abordar el tema de la agresión habida cuenta que la violencia fue desatada por “representantes populares” del PAN y éstos pueden argüir en su defensa que es hostigamiento e intimidación política en su contra.
Sobre el mismo tema, la coordinadora de la bancada de MORENA en el Congreso local, Úrsula Salazar Mojica, dijo ayer a la prensa que los diputados del PAN obedecen las instrucciones de Cabeza de Vaca (sin mencionarlo por su nombre), especialmente si se trata de desatar la violencia.
Inclusive, doña Úrsula, pariente de Andrés Manuel López Obrador, anunció que si algo malo le ocurre a ella o a los miembros de su bancada, el probable autor intelectual es la misma persona a la que alude sin mencionarla por su nombre de Francisco.
Hoy acortamos la columna y los amables lectores pueden echarle la culpa al calor.
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