Doscientos años de cárcel son los que le esperarían al ex gobernador tamaulipeco Tomás Yarrington Ruvalcaba. Ya que según los informados en derecho internacional, el ex priista sería juzgado primeramente en Estados Unidos, donde los cargos son mayores y por los cuales podría alcanzar condena de dos cadenas perpetuas de 90 años cada uno y posteriormente sería juzgado en México, donde se estima que alcanzaría un máximo de 20 años de cárcel.

El reclamo de los dos países podría retardar el proceso en contra del ex gobernante, por ese motivo las autoridades de cada nación hacen lo propio para lograr acuerdos y acelerar la extradición e iniciar el proceso judicial. De alcanzar una condena como la consideran los juristas, sería el primer ex gobernador mexicano acreedor una condena por cientos de año de cárcel en Estados Unidos. No sería el primero, pues otros se adelantaron en ese sentido.

No obstante que el caso Yarrington ocupa la atención de los medios internacionales, podría obtener una condena menor, esto en base a los procedimientos que hay en Estados Unidos, que les permiten a los procesados acogerse a diversos programas y beneficios.

Mientras tanto, los amigos de Yarrington se preparan para la XXII asamblea nacional ordinaria del PRI a celebrarse en el mes de agosto, donde el tema de la ética y la rendición de cuentas sigue recurrente sigue siendo y destaca entre otros. Porque se trata de uno de los ejes fundamentales de ese partido que ha sido vulnerados por sus militantes distinguidos, como son los ex gobernadores. Pues el caso Yarrington aunque no es el único, sí es el más escandaloso, no sólo de los últimos 25 años, sino de la era del priato. Pero sí es una temática que sacude las entrañas del tricolor y vulnera los cimientos de ese partido.

En el que sus fundadores sentaron las bases de una revolución social que daría rumbo y sentido a una nación como la mexicana. Aspiración que cumplió, ya que de ese instituto en sus mejores tiempos, egresaron gobernantes ejemplares, como Lázaro Cárdenas, López Mateos.

Que tampoco se dieron en racimo. En ese sentido, pareciera que al tricolor, como se dice en lenguaje coloquial, le cayó el veinte, de que es necesario recuperar los principios de la ética y rendición de cuentas. Que pareciera es uno de los males de los que no se ha liberado ese y otros partidos, pero que al PRI le pega no sólo en Tamaulipas, sino en el resto de país.

Ayer domingo, Florentino Sáenz Cobos celebró la asamblea correspondiente a la Liga de Comunidades Agrarias y sindicatos campesinos, también conocida como CNC. Al acto asistieron las “vacas sagradas” de esa organización priista, como son Hugo Andrés Araujo, Cruz López Aguilar, Guadalupe Flores Valdez. Según el comunicado del PRI a la asamblea cenecista asistieron 500 delegados y de acuerdo al boletín de la CNC que dirige Florentino Sáenz el registro fue de 450 campesinos.

También asistieron los legisladores federales Edgar Melhen Salinas, Alejandro Guevara Cobos y de la legislación local se registraron Alejandro Etienne y Rafael González Benavides. El ex dirigente priista Enrique Cárdenas del Avellano.

La asamblea estuvo encaprichada y en su enojo, designaron a Raúl García Vallejo, Juan Baez Rodríguez, Guadalupe Flores Valdez, Antonia Martínez Blanco, Idalia Yañez y Ángel Lara Martínez, como representantes del sector campesino de ese partido en Tamaulipas.

El mismo procedimiento se repitió en la asamblea de la Fundación Colosio, donde el presidente de ese organismo priista, Horacio Reyna Guerra, amigo de Tomás Yarrington, encabezó los trabajos, con los mismos temas y un procedimiento similar.