“Dirige hacia el Señor tus obras; y tendrán buen éxito tus designios” (Proverbios 16:3).

Platicaba con mis hijos sobre la importancia de la superación personal y profesional, sobre todo, en estos tiempos en los que nos ponemos tantos obstáculos en el camino para superarnos y servir mejor a nuestro prójimo. Aunque nos parezca increíble, existen muchas oportunidades para allegarse conocimiento y proveer mejores servicios a la comunidad, mas, es frecuente, que nos acostumbremos a caer en el pesimismo que promueven insistentemente aquellos que han alcanzado un estatus económico y político que procuran cuidar y acrecentar a base de infundir temor a los demás, sujetando de esta manera las voluntades de aquellos, que sólo ven y escuchan a esos falsos promotores de las desgracias personales y nacionales, y que acrecientan con ello su sentimiento de indefensión y victimización, para condicionar una dependencia nociva, a través del control autoritario al asumirse como superiores y únicos con la capacidad de resolver la problemática social.

No hay que olvidar, que no hay obras grandes ni pequeñas, cuando se trata de beneficiar al prójimo, pero que hay obras que requieren que estemos capacitados con suficiencia y calidad, para que nuestras acciones garanticen el bienestar que pretendemos obsequiar; si bien es cierto que la sabiduría proviene de Dios, también lo es, el que él pone a nuestro alcance todo lo necesario para servir a nuestro prójimo de la mejor manera.

“Así que buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas se os darán por añadidura” (Mateo 6:33)

Primordial para hacer el bien, es el hecho de pretender, con afán, el buscar también la superación espiritual, pues está visto que aquél que busca sólo su beneficio personal, acumulando riqueza y poder, no tiene como virtud el amar a su prójimo, pues quien no renuncia a sí mismo y a su egoísmo, dificultades pasará para allegarse la vida eterna, donde ni el dinero ni los bienes materiales, le servirán para alojarse en el reino de Dios.

Dios nos permita vencer nuestras debilidades, ilumine nuestro camino y bendiga todas nuestras obras sociales.

Dios bendiga nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

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