“Y así he conocido que lo mejor de todo es estar alegre, y hacer buenas obras mientras vivamos. Porque cualquier hombre que come y bebe, gozando del fruto de sus fatigas, de Dios recibe este don. (Eclesiastés 3:12-13)
¿Por qué afanarnos en sentirnos mal, cuando el bien vive entre nosotros? Sin duda habrá muchos motivos para entristecernos, pero yo les aseguro que son más las cosas buenas que Dios pone a nuestro alcance, que todo lo malo junto que cruza por nuestro camino.
Es fácil contagiarse de pesadumbre cuando no se tiene plena conciencia de lo afortunados que somos; si se trata de la vida, al tenerla ya hemos sido recompensados por el Señor que nos la obsequia ¿por qué menospreciar el don más grande que hemos recibido del Creador al hacer de ello un penoso y largo recorrido de desventuras? Si hemos sido agraciados con tener una familia, mayor gozo será el nuestro, al ver multiplicada nuestra descendencia y asegurar con ello la vida eterna; si tenemos un trabajo, que éste no nos parezca menor a lo que merecemos, pues aquél que se esmera en sobresalir pensando en hacer el bien, será recompensado por Dios para que alcance su meta; si tenemos la dicha de tener buenos amigos, mostremos nuestra gratitud al Señor, valorando ese tesoro.
Disfrutemos pues, de todos los bienes que Dios nos ha obsequiado, no nos empeñemos en estar quejándonos por todo, encontremos el lado bueno en cada situación que nos invita a perder el control, muchos de los conflictos que se generan, en realidad no son más importantes que el permanecer en armonía.
Yo encuentro especial gusto en platicar, en escribir y en compartir cosas buenas de la vida, siento que independientemente de hacerme feliz, en ello existe una clave para descifrar el mensaje que Dios quiere para todos ¿Qué acaso el Señor no se vale de sus hijos para comunicarle todo aquello que resulta bueno para vivir en paz, con salud y disfrutar la existencia como es su voluntad?
Señor, tú que nos has dado la vida, danos también sabiduría para comprender todo aquello que rechazamos para ser felices.
Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.
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