“Por lo cual renunciando a la mentira, hable cada uno verdad con su prójimo, puesto que nosotros somos miembros los unos de los otros. Si os enojáis, no queráis pecar, no sea que se os ponga el sol estando todavía airados. No deis lugar o entrada al diablo” (Efesios 4:25-27)

¿Quién es la causa de tu enojo? Acaso no eres tú mismo que te has puesto contra tu hermano, tratando de sentirte superior, recuerda que Jesús dijo: “Y el que quiera ser entre vosotros el primero, ha de ser vuestro siervo. Al modo que el Hijo del hombre, no ha venido a ser servido, si no a servir, y a dar su vida para redención de muchos” (Mt 20:27-28).

¿Quién es la causa de tus frustraciones? A caso no eres tú mismo, cuando ambicionas las cosas de tu prójimo, y deseas arrebatárselas antes de ponerte a trabajar para conseguir lo tuyo; recuerda que Jesús dijo: “Estad alertas, y guardaos de toda avaricia: que no depende la vida del hombre de la abundancia de los bienes que él posee” (Lc 12:15).

¿Quién es la causa de tu falta de fe? Acaso no eres tú mismo quien se empeña en buscar un nuevo Dios, cuando el único y verdadero siempre ha estado contigo, recuerda que Jesús dijo: “¡Oh necios, y tardos de corazón para creer todo lo que anunciaron ya los profetas! ¿Pues qué por ventura no era conveniente que el Cristo padeciese todas estas cosas, y entrase así en su gloria?”(Lc 24:25-26)

No te engañes, ni te dejes engañar, Jesús dijo: “Mirad que nadie los engañe: porque muchos han de venir en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, o Mesías, y seducirán a mucha gente. Oiréis así mismo noticias de batallas y rumores de guerra, no hay que turbaos por eso, que si bien han de preceder estas cosas, no es todavía el término.” (Mt 24:4-6).

Dios bendiga a nuestra familia, y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.
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