“Y entrando al sepulcro o cueva sepulcral se hallaron con un joven sentado al lado derecho, vestido de un blanco ropaje, y se quedaron plasmadas. Pero él les dijo: No tenéis que asustaros; vosotras venís a buscar a Jesús Nazareno,
que fue crucificado; ya resucitó, no está aquí: Mirad el lugar donde lo pusieron.” (Mc 16:5-6)
Mas para aquellos que aún no creen en la resurrección de Jesús, siempre habrá una oportunidad para encontrarlo en su camino, y tan vivo está como viva es su Palabra, y podrán sentir su presencia, y extrañados se preguntarán
lo que les pasa, porque la presencia de Jesucristo llena de gozo al corazón más deprimido, ilumina el camino más oscuro del que no quiere ver y lo hará escuchar lo que se ha negado a oír; entonces se diré; en verdad Jesús es hijo
del Padre celestial, y vive entre nosotros desde siempre, amándonos tanto, que se hizo hombre para enseñar su Evangelio.
Más para los que creen y sufren de debilidades que ponen en duda su fe, con cada caída que experimenten por no ver con claridad o no escuchar con certidumbre, podrán restablecer su cercanía con el Señor, quien les dará su mano para ayudarlos a levantarse, porque no olvida que él es el Buen Pastor y conoce a sus ovejas y buscará a todas las que se encuentren perdidas, para regresarlas a su rebaño.
Señor mío Jesucristo, creo en ti, creo que eres el hijo de Dios, creo en la Resurrección de los muertos al fin de los tiempos, que es nuestra esperanza y en la vida eterna a tu lado.
Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.
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