“Ya no os llamaré siervos; pues el siervo no es sabedor de lo que hace su amo. Mas a vosotros os he llamado amigos; porque os he hecho y haré saber cuántas cosas oí de mi Padre (Jn 15:15)

Dichoso aquél, cuyo corazón son sus ojos a la hora de escoger a sus amigos, porque podrá contar con ellos siempre, porque el verdadero amigo pondrá en su corazón sus propios ojos, para saber que Dios lo ha puesto en el camino de quien caminará a su lado durante toda su vida.

Mi buen Jesús, Señor, Padre, hermano y Dios nuestro, en ti he encontrado a mi mejor amigo, y en mis amigos he sentido tu presencia, porque antes de buscarte a ti, tú nos buscas a nosotros para enseñarnos, a través del amor, lo que es ser un verdadero amigo.

Nadie que no ame a sus amigos puede amar a Dios, porque nuestros amigos  son verdaderos hermanos, somos familia en Cristo Jesús, y velamos por la gracia que él nos concedió para disfrutar de tan grata compañía.

¿Qué he de pedirte, mi Señor, que tú no lo sepas antes de pensar yo en ello? y como buen amigo me procuras el bien, para sanar mis necesidades, mis heridas, para encontrar el mejor camino para resolver mis conflictos de conciencia, todo ello, para mantener a salvo mi espíritu, del mal que nos asecha.

¡Oh mi buen Jesús! Amigo y Padre nuestro, gracias te doy por haber puesto en mi camino a todos aquellos hermanos que me han amado de corazón y que me han acercado más a ti; en gloria estén los que se han marchado, que igual buscaste para que regresaran contigo; dale a mis amigos en la tierra, paz, sabiduría y abundante salud, multiplica sus bondades, rectifica su camino; y sobre todo, ten misericordia para mí, porque mucho te he fallado a ti que eres mi mejor amigo.

Dios bendiga a nuestra familia, multiplique sus bendiciones allegándonos buenos amigos, amigos de corazón, y bendiga todos nuestros Domingos Familiares, para seguir estrechando lazos amistad a través de este medio.

enfoque_sbc@hotmail.com