“No os inquietéis por la solicitud de cosa alguna; mas en todo presentad a Dios vuestras peticiones por medio de la oración y de las plegarias, acompañadas de hacimiento de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepuja a todo entendimiento, sea la guardia de vuestros corazones y de vuestros sentimientos en Jesucristo. (Filipenses 4:6-7)

No me venza la desesperación ni la impaciencia, ante la indiferencia con la que muchos toman el poder de Dios, cuando atemorizados por la feroz tormenta, corren angustiados para solicitar ayuda a dioses de barro creados al vapor, cuando la verdad se encuentra en el poder de la oración que se ha olvidado, por vivir en eterna complacencia con el pecado de omisión; oremos pues, para pedir perdón y clemencia a nuestro Señor, porque su amor infinito acude al llamado de sus hijos, aunque vaguemos extraviados por tan grave situación.

El hombre vive en el caos de la desconfianza, desde que se alejó de Dios, el amor por sus hermanos se perdió en la nada, privilegiando el egoísmo, buscando una grandeza tan alejada de la palabra de su hijo Jesucristo, que vino al mundo para darnos a conocer cuál era la única manera de  tener cabida y encontrar la entrada al reino del único Dios y creador del universo.

El que piense que todo está perdido, que el mundo que nos heredó el Señor, de ser un paraíso, ahora es un fruto podrido, se equivoca, mejor sería que cosiera su boca, para que de ella no salga palabra que invite y  convoque al mal, que quiere apoderarse de las almas, que por temor, renuncian a la vida que nos ofrece Jesúscristo nuestro salvador.

Orad hermanos, en una oración de continua alabanza a nuestro Dios, para que se forme una gran cadena de amor, para contener el mal que tenemos encima.

Dios Padre, envía al Espíritu Santo para que nos ayude a reparar el quebranto que ha causado el coronavirus, muestra tu infinito poder ante el mal que nos aqueja, el mal que nos hace temer tanto, exhibe nuestras debilidades y pone en tela de duda nuestra fe.

Que Dios escuche el clamor de ayuda de nuestras plegarias, bendiga con vida y salud a  nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

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