“En verdad, en verdad os digo, que vosotros lloraréis, y plañiréis mientras el mundo se regocijará; os contristaréis, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo” (Jn 16:20).
¿Qué manto gris es ese que pretende cubrir la luz de nuestra alegría? ¿Acaso son más densas las tinieblas que la más pequeña luz que emana de la fe? ¿Por qué dejar que la tristeza nos abrume por tantos pensamientos funestos que nos roban la esperanza? ¿Dónde está en estos momentos nuestra fe? Hay muchos que se preguntan: ¿Por qué nos has abandonado Señor? ¿Por qué permaneces en silencio mientras la tempestad amenaza con hundir nuestra barca? Tú nos dijiste el día que partiste: “Así vosotros al presente a la verdad padeceréis tristeza; pero yo volveré a visitarlos, y vuestro corazón se bañará de gozo, y nadie os quitará vuestro gozo. Entonces no habréis de preguntarme cosa alguna. En verdad, en verdad os digo, que cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo concederá” (Jn 16:22-23)
¿Acaso hemos dejado de pedirle al Padre, pensando que no nos escucha? ¿Es por eso que nos hemos abandonado a la suerte, cuestionando el poder de Dios por sobre todas las cosas? No es la voluntad del Señor el vernos sufrir, él nos ha mostrado el camino, la verdad y la vida, y ¿cuántos de nosotros lo hemos seguido, cuántos nos hemos cansado con los primeros pasos, y cuántos lo abandonamos al final, en la idea de que no está con nosotros como lo prometió?
“Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. Todo sarmiento que en mí que soy la vid no lleva fruto, la cortará; y a todo aquél que diere fruto, lo podará para que dé más fruto. Ya vosotros estáis limpios, en virtud de la doctrina que os he predicado. Permaneced en mí, que yo permaneceré en vosotros. Al modo que el sarmiento no puede de suyo producir, sino que está unido con la vid, así tampoco vosotros si no estáis unidos conmigo. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; quien está unido, pues, conmigo, y yo con él, ése da mucho fruto, porque sin mi nada podéis hacer.” (Jn 15: 1:5)
No hay oscuridad más grande que la ausencia de la luz, la luz del mundo es Jesucristo nuestro Señor y salvador. Todo camino escabroso que seguimos, dejará en nosotros espacio para ser ocupado por las tinieblas, mantengámonos firmes en la fe.
Dios bendiga a nuestra familia y bendiga todos nuestros Domingos Familiares.
enfoque_sbc@hotmail.com