“Mira que yo soy el que te lo mando; buen ánimo y sé constante. No temas ni desmayes; porque contigo está el Señor Dios tuyo a cualquier parte que vayas” (Josué 1:9).

Cuando la tristeza quiere apoderarse de mi ser, Tú vienes a mi presencia para levantar mi ánimo caído, y no es que hayas puesto una carga muy pesada sobre mis hombros, tengo que reconocer, mi Señor, que no soy tan fuerte como tú dices; quizá ahí está mi error, porque si tú lo dices, así debe ser y sólo me ha faltada tener más fe, para soportar todo el peso que tenga que cargar en el camino, no puedo hablar entonces de que éste es mi destino, porque mi destino eres Tú, y a cada uno de tus hijos en la tierra le has dado una misión y entiendo por convicción que ésta radica en ser felices, y para ellos nos has obsequiado la llave que abre todas las puertas, las del cielo y las de la tierra: el que te amemos y amemos a nuestro prójimo, entonces ¿por qué estar tristes, por qué caer en el desconsuelo, en la desesperanza? No pareciera ser falta de confianza en tu grandeza, o en el gran amor que tienes por nosotros, más bien, pareciera nuestra ingrata arrogancia, de pretender ser como tú de poderoso, cuando lo que siempre nos pides es ser humildes y amorosos. Perdónanos Señor y ten misericordia de nosotros, sigue guiándonos por el buen camino, ayúdanos a encontrar la verdad y a disfrutar la vida como tú has dispuesto.

Cuando la tristeza quiera apoderarse de mí, no dudaré en ningún momento recurrir a ti, porque bien sé que estás tan cerca de mí, tanto, que te puedo encontrar en mi corazón, el que siempre permanece abierto para recibir toda Palabra que emana de ti.

Señor, tú has venido a mí, a mi encuentro, tú me has amado antes de haberte amado yo, tú has sido bueno conmigo, sin ti no soy nada, has de mí un instrumento de la fe, bendito sea tu nombre hoy y siempre.

Dios bendiga nuestra vida, a nuestra familia, nuestra estancia en casa, Dios escuche nuestras oraciones para sanear la tierra e ilumine los corazones de aquellos que han tomado el camino equivocado, para que salgan de la oscuridad y se iluminen con el amor de Jesucristo, porque él es la luz del mundo, Dios bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

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