La renuncia de la legisladora tamaulipeca plurinominal Nohemí Alemán Hernández a la bancada del PAN en la Cámara de Diputados para sumarse a la de Morena, pone sobre la mesa un tema que ha dominado la arena legislativa y que se ha recrudecido en los últimos años sin que se haga algo por frenar esta avalancha que traiciona al voto ciudadano en los casos de mayoría, y también a su partido, particularmente cuando se trata de una curul plurinominal que le fue entregada en muchos de los casos sin trayectoria ni mérito alguno, que es el caso de la susodicha.
Desgraciadamente la ley proporciona esas facilidades basadas en la libertad de los ciudadanos a disentir y a sumarse al partido con el que más se identifique, aunque en algunos casos este chapulineo, llamado así por la facilidad de saltar de un partido a otro, son decisiones que obedecen principalmente a conveniencia personal, rara vez tiene que ver con principios ideológicos o de interés para sus representados.
En Reynosa corre el rumor de que en este caso Nohemí Alemán actuó a petición de la alcaldesa Maky Ortiz quien trata de hacer méritos con Morena; y el compromiso de la diputada en cuestión, es porque su esposo constructor es de los beneficiados con la asignación de proyectos del municipio. Eso sólo el tiempo lo dirá, cuestión de seguirle los pasos a doña Nohemí.
Por otra parte, de acuerdo a los tres compromisos de Morena de no robar, no traicionar y no mentir, pues la señora ya traicionó y claro que mintió cuando manifestó representar al Partido Acción Nacional partiendo de su doctrina y proyecto político. Agregue Usted que dispuso de algo que no le correspondía, una posición plurinominal propiedad de un partido, lo cual equivale a robar algo para entregárselo a otro partido.
Si la diputada Nohemí Alemán hubiera llegado por el voto popular, luego de una esforzada campaña electoral podíamos darle cierto derecho moral a disponer de su curul, pero resulta que llegó por designación del PAN y una vez sentada en la curul decide cambiar de bando, no importa a qué partido se haya ido, aquí lo reprobable es disponer de una posición que le fue confiada por el albiazul, al que ahora le da la espalda llevándose lo que no le pertenece. Eso se llama traición y falta de valores.
Cuando un legislador ya no se identifica con los principios de su partido tiene la opción de manifestarse sin partido, algunos se llaman independientes, pero cuando los mueve un interés particular, este se trasluce, y ese es el caso de la legisladora Alemán Hernández. El verdadero propósito de la diputada reynosense es engrosar a otro partido que está necesitando elementos para conservar su mayoría, se trata de Morena que está en la rayita.

A REFORZAR MAYORÍA SIMPLE DE MORENA
Resulta que Morena de los 500 diputados que conforman la actual LXIV legislatura tiene 251, es decir el 50 % más uno, esto debido a que varios de sus diputados saltaron al PT en otra magna ola de chapulineo para convertirlo en tercera fuerza cuando estuvo en disputa la Mesa Directiva de la Cámara Baja a fines de agosto pasado.
Dada la crisis de valores que se está dando en la actividad legislativa es tiempo que se empiecen a poner candados en algunas prácticas, lo mismo en el marco legal, que en los documentos que rigen la vida de los partidos políticos.
El hecho de que los puestos de representación popular sean irrenunciables dificulta poner sanciones o candados que limiten su actuación, pero por lo menos en el caso de las plurinominales debe de regirse de manera articulada al partido que la otorga, establecer reglas que precisen que son posiciones de un partido determinado y que adjudicarlas no significar regalar esa curul, que debe ser intransferible a otro partido por la naturaleza de su origen.
En pocas palabras, cuando alguien renuncie a una diputación o senaduría que sean plurinominales, el partido propietario debe en ese momento enviar al relevo, sea el suplente o bien tomado de la lista que previamente registraron para obtener esa curul. Por su parte la Mesa Directiva de la cámara correspondiente no debiera de recibir la solicitud de alta del legislador en otro partido, en un acto de excepción tratándose de una .

OPORTUNISMO Y SIN COMPROMISO CIUDADANO
Es un tema que hay que estudiar, pero esto no puede convertirse en una práctica frecuente y viciada protagonizada por oportunistas y aventureros de la política, muchos de ellos sin trayectoria ni mérito alguno, ni como militante y mucho menos como ciudadano.
Hay casos en que ese cambio de partido es aprobado por los ciudadanos que observa el desempeño del legislador, fue el caso de la senadora Lilí Téllez cuyo discurso muy centrado en torno a temas de competencia ciudadana la dibujaron en una posición contraria a Morena, fue un proceso, no se dio de un día para otro, pero además ella llega al Senado de la República por mayoría, es decir por el voto ciudadano y en determinado momento decidió cambiarse de Morena al PAN.
Otro suceso que llenó de vergüenza a la Cámara de Diputados fue la compra de legisladores para fortalecer al Partido del Trabajo y que este pudiera convertirse en tercera fuerza para desbancar al PRI de esa posición.
En esa ocasión la disputa era la Presidencia de la Mesa Directiva y se incrementó la bancada petista con diputados del Partido Encuentro Social y de Morena. El dirigente nacional del PES, dijo que pagaron hasta 5 millones de pesos a sus diputados para engrosar las filas del partido del trabajo, el cual finalmente no pudo acceder a la codiciada posición, hoy en manos de la priista Dulce María Sauri.
En torno a este tema el diputado federal por Morena, Sergio Mayer presentó una iniciativa que propone la suspensión del “Chapulineo” por lo menos 60 días antes de la renovación de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados para evitar procedimientos como los que vimos este año. El tema está en comisiones, puede ser una buena medida, aunque sería preferible un periodo de 90 días.
Cómo Usted ve hay diversos móviles para practicar el chapulineo y casi en todos los casos están lejos de tener un interés ciudadano. En su mayoría son actos de codicia por el poder el que mueve a los señores legisladores a cambiar de partido.