El número de mexicanos que no podrá adquirir la canasta alimentaria crecerá 10.7 millones este año respecto a 2018, debido a la afectación por Covid- 19, calculó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) Se trata del mayor aumento de la pobreza extrema desde 1995. En 1994-96 se sumó a esta condición 15.6 millones de personas. Es claro el apriete a la economía por una contingencia sanitaria que se ha mostrado con brotes, los cuales pueden ser atendidos por la suma de países por barco y avión, instalando hospitales militares según se requiera. Sin embargo, Covid- 19 no iluminó la conciencia de la humanidad para colaborar, la medida fue distanciarse entre países y gobiernos.

Con esto, la población en pobreza extrema pasa de 21 a 31.7 millones de personas entre 2018-20. Como porcentaje de la población, significa pasar de 16.8 a 25.3%, la proporción más alta desde 1998. La pobreza total por ingresos pasará de 49% de la población en 2018 a 57% en 2020, lo que en personas es subir de 61 a 71 millones de personas, cifra nunca vista. La pérdida de empleo lleva la tasa de desocupación de 3.3 a 5.3%, lo que trae como como consecuencia que la pobreza laboral, otro indicado que tiene en cuenta ingresos salariales, pase de 37 a 46% de la población en el mismo lapso, proporción más grande desde 2005.

Coneval expresó que los apoyos señalados por el gobierno serán insuficientes para llegar a toda la población afectada por el confinamiento, lo que se refleja en que hasta ahora ninguna acción está dirigida a la población que perdió su empleo. Urge contar con un padrón único de beneficiarios que permita diseñar estrategias entre los tres niveles de gobierno pues permite mejor ejercicio del recurso público. Considera necesaria una reforma fiscal que financie medidas institucionalizadas de largo plazo que garanticen seguridad ante riesgos: seguro de desempleo que no afecte las pensiones de retiro, una renta básica ciudadana, o un piso mínimo que se tope de acuerdo con el ingreso (dirigir el pago de 68 y más a quienestengan pensión por debajo de determinada cifra, y no universal como actualmente) En marzo, IMSS reporta la pérdida de 130 mil puestos de trabajo. En abril, 500 mil puestos de trabajo.

Micro y pequeñas empresas son las más afectadas con el cierre económico y son las mayores generadoras de empleo en el país. Podríamos tener un desempleo de más de un millón de trabajadores (BBVA) y mientras más se tarde el gobierno en actuar, más trabajadores quedarán en el desempleo.

Es momento de que López instrumente medidas; un seguro temporal de empleo, propuesta del ala empresarial-patronal, Coparmex, Centro de Estudios Espinosa Yglesias, Oxfam México y Coneval. A cada trabajador formal en desempleo se le de 2 salarios mínimos por 3 meses. A la empresa formal, el gobierno podría darles una transferencia de un salario mínimo mensual por trabajador afiliado al IMSS. Otra propuesta es de Oxfam; una renta básica universal, para quienes no tengan empleo, pero sí puedan consumir. La lógica es contundente, generan demanda.

Coneval recuerda que la pérdida de empleo formal genera pérdida de prestaciones laborales. Miles de trabajadores están sin posibilidad de servicio médico o pensión. El Coneval propone que a las empresas que mantengan el empleo formal se les brinde un apoyo, medida que preservaría el 44% de la ocupación. En la economía mexicana comenzó la destrucción de empleos. Traerá pobreza, desigualdad y más contracción económica al golpear al consumo. Por todos lados se pide al gobierno un esquema de transferencias a los desempleados, formales e informales, que sea temporal, pero López se empeña en que microcréditos de $25 mil serán suficientes, cuando están muy rebasados por la realidad del enorme desempleo que crece.