Con la agricultura hace 10 a 12 mil años, la estructura social inicia su transformación al formar núcleos familiares, base sobre la cual la humanidad se desarrolló hasta el siglo pasado. El amor también está sujeto a la moda. El cambio, siempre presente afecta todo, también la estructura familiar sufra modificaciones directas en sí misma, e indirectas por factores económicos, cambios de residencia laborales, el concepto de amos, etc.  En décadas recientes la estructura familiar se modifica. Aunque los hogares de casados siguen siendo mayoría (44%), cobran relevancia los encabezados por jefas de familia (18%), parejas en unión libre (20%), personas solas (13%), corresidentes y parejas del mismo sexo, señaló Fernando Pliego Carrasco, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En el Reporte sobre la familia en México 2022: retos y transformaciones, elaborado por el Centro de Familia, Bioética y Sociedad de la Universidad Pontificia de México, se destacó que entre 2000-20 hubo desplome de poco menos de la mitad en el número de jóvenes de 18 a 29 años casados y aumentaron los que están en unión libre. Se detalló que en 2000 estaban casados 34%, dos décadas después esa cifra cayó a 14%. La unión libre se incrementó de 14 a 26%. También hubo caída de las parejas casadas por las vías civil y religiosa, de 18 a 5%.

Alfonso Miranda Guardiola, obispo de Monterrey, responsable de la Dimensión Pastoral Familiar del Episcopado Mexicano, dijo que la composición de las familias es diferente: están las mamás jefas de familia, varias familias viviendo juntas, personas viviendo solas o abuelos con sus nietos, entre otras; hay una inmensa variedad de condiciones y familias. Remarcó que, ante esta realidad, hay que ser incluyente. No podemos descuidar ni abandonar a nadie, porque muchas veces en familias que no son tradicionales hay dolor, sufrimiento, soledad y abandono, y no podemos hacer como si no existieran o ser indiferentes. Estos grupos diversos “forman parte de la sociedad y de la Iglesia”.

Pliego Carrasco destacó que la relevancia de la familia “es un hecho social”, pues en todos los países donde se realizó la Encuesta Mundial de Valores sigue siendo la institución que la gente considera muy importante (89%), en comparación con el trabajo (59%) En México esto es más notable, 97% de los encuestados califica a la familia de muy importante, a diferencia de países como EE. UU., y Brasil, donde lo hicieron 91 y 85%, respectivamente. Consideró que debe haber “una política federal para promover el desarrollo de la familia como núcleo social, porque no está contemplada como centro de las políticas del Estado mexicano. Y la falla en el hogar es causa, entre otras, del caos actual. Ojalá pronto surja un estatus de orden que corrija el rumbo del desarrollo social, sin embargo, sin ser catastrofista, parece que hace falta más caos, más daño, más violencia, más muerte, antes de que surja el orden.