Suena inaudito o parece producto de una mente obnubilada, pero en los hechos es una lectura que en mi opinión no puede hacerse a un lado.
Antes de tomar posesión, Andrés Manuel López Obrador se ha convertido –lo más seguro es que sin buscarlo ni desearlo– en el primer defensor del todavía Presidente, Enrique Peña Nieto.
Ya veo las reacciones a semejante percepción: quijadas desplomadas, ojos desorbitados, lenguas trabadas y temblequeos de indignación, entre otras manifestaciones.
¿Qué le pasa a este ignorante columnista?… podría ser una respuesta en la clase política a lo señalado…¿De cuál fumó?… podría ser un cuestionamiento en las filas populares.
Bueno, me remito a lo señalado y difundido por el propio Presidente Electo. Lo planteo, si me permite.
Primera defensa:
A quienes aseguran que Enrique Peña deja en bancarrota al país, López Obrador les da –sin querer– un mentís, anunciando obras y acciones faraónicas como el tren Maya, aumento al cien por ciento en ayuda a adultos mayores y multimillonarios apoyos económicos a jóvenes. ¿Si México está en quiebra, de dónde diablos saldrá el dinero para todo eso?… No de la varita de una hada ni de un milagro, sino de lo que dejó el gobierno de Peña Nieto. No le den vueltas; hay recursos porque los generó la presidencia que se va.
Segunda defensa:
A quienes pedían quemar en leña verde a Peña por los llamados “gasolinazos”, AMLO ya dejó claro que los aumentos a los combustibles seguirán, pero maquillados ahora “por lo que defina la inflación”. En otras palabras, lo que estaba haciendo el PRI y EPN en ese sentido era y sigue siendo lo correcto.
Tercera defensa:
El ofrecimiento como candidato de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México va en picada, derivado del abierto rechazo de los expertos en aeronáutica y los supinos errores financieros y de ingeniería cometidos en la valoración del aeródromo de Santa Lucía. Otra vez quedará claro que la decisión peñista sobre el NAICM fue a todas luces acertada.
Cuarta defensa:
A las andanadas contra la reforma energética y en especial en el tema del petróleo, Andrés Manuel desde hace un buen tiempo reviró y declaró que no la cancelará, sino que se revisará sólo la transparencia de las licitaciones e intervención de empresas extranjeras. No puede haber mejor reconocimiento a que es correcta la reestructuración del sector, impulsada por Peña Nieto.
Quinta defensa y quizás la más importante:
Si la economía nacional no funciona bien cuando ya sea López Obrador Presidente, lo dice él mismo, no será culpa de su gobierno sino de Banxico y de los anteriores mandatarios. Caray, ya puede estar tranquilo don Enrique, porque AMLO acaba de echarle toda la culpa del desgarriate que él y su gente ven, a Calderón y a Fox. Para que vean que Peña no es el villanazo que dicen.
Sin aplausos, ¡pero cómo le está ayudando Andrés a Enrique!…
UN BUEN PASO
La decisión del Gobierno del Estado de no implantar la llamada “Ley Seca” durante los festejos patrios me parece un reconocimiento de esa autoridad a la madurez y conciencia del ciudadano tamaulipeco honesto.
Es una medida positiva que debería ampliarse a otras áreas y fechas, porque esa normatividad y los Santos Reyes es lo mismo: no sirven más que para adornar discursos o pesebres según sea el caso y sólo ayuda a saturar las cajas registradoras de depósitos y autoservicios.
Me queda claro que con esa visión el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca deja claro que su administración enfrenta la realidad y responde a ella. Ya no son tiempos de abatir el alcoholismo por decreto, como lo intentado también en el ramo federal en el caso de la obesidad, sino por convicción. Parece un buen paso en ese terreno, a la modernización legislativa de Tamaulipas.
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