Oscar González Yañez, candidato del Partido del Trabajo a la gubernatura del estado de México, señaló que el modelo neoliberal impuesto en México por Carlos Salinas no resuelve el desempleo, deteriora el poder adquisitivo del salario, causa desigualdad social en un contexto donde 4 millones de mexiquenses laboran en informalidad, 400 mil desocupados están sin seguro de desempleo, y 3 millones 200 mil con ingreso de 0-2 salarios mínimos. El total de desempleados es 19% del total nacional.

La informalidad laboral, problema socioeconómico que sufre más de la mitad de la población, más de 10 millones de mexiquenses carecen de seguridad social. La explotación laboral es una constante en esa entidad. La mitad de los trabajadores, 3. 27 millones, tienen ingresos de 0 a 2 salarios mínimos.

Como parte de su plataforma de gobierno, González Yañez propone una larga lista de excelentes deseos que todos queremos sean realidad en México y en el mundo.

Ofrece crear las condiciones materiales para garantizar derecho al empleo, seguro de desempleo, estabilidad laboral, seguridad social, e impulsar medidas urgentes para acelerar el crecimiento del sector primario golpeado por el Tratado de Libre Comercio. Habrá incentivo fiscal para particulares que fomenten empleo digno.

De entrada, propone crear el Banco del estado de México para el Desarrollo, garantizar el derecho al seguro del desempleo, incrementar la generación de empleo y salario digno, crear la red estatal de unidades productivas del sector agropecuario y de empresas sociales, establecer un programa estatal de beca para capacitación laboral, fomentar y mantener apoyo a la micro, pequeña y mediana empresa, crear un programa estratégico para desarrollo industrial, y realizar promoción de la inversión extranjera directa para incentivar el desarrollo y el empleo en el estado de México.

El neoliberalismo afecta de manera negativa a todos los países, “sólo que al más fregado se le nota más”. Se establece en países en los cuales los gobiernos reprimen los aumentos de salario para los trabajadores, ofrecen exención de impuestos por tiempo prolongado en detrimento de la captación de impuestos, pone a disposición de los inversores infraestructura barata, permite el deterioro y la contaminación del medio ambiente. Deshacerse de este modelo económico requiere contar con otro modelo que ofrezca empleo para no dejar al trabajador con escaso salario, sin salario.

Empobrecer a la sociedad es resultado de aplicar políticas de deterioro económico por décadas. Sacar a la población de la pobreza, exige un cambio integral de gobierno que inicie en la captación integral de impuestos, romper con esquemas actuales de apoyo fiscal que en realidad son mecanismos de evasión fiscal, por ejemplo, “gol por México”.

Ya con el billete en la Caja de Hacienda, utilizar de manera racional estos recursos para impulsar aspectos de bienestar a la persona, salud, alimentación, vivienda, educación, adestramiento, capacitación, en fin, dar a los mexicanos valor a la mano de obra que ofrecen.

Exige primordialmente honestidad e integridad en el servicio público y privado con compromiso social, y mantener esta política por el triple de décadas en las que se llevó al pueblo a la pobreza. Recuerde que sin corruptor no hay corrupto.

Las estadísticas respecto a la preferencia electoral de los candidatos carece de importancia, el aspecto medular es el proyecto de estado a establecer y aquí, ninguno de los candidatos señala a la corrupción como el cáncer que devora al país y la medicina que tiene a su alcance para destruir ese cáncer.

El candidato omite explicar de dónde obtendrá los enormes recursos económicos necesarios para cumplir con las promesas que ofrece. No explica la manera en que sacará de la pobreza a 10 millones de personas en seis años.

En su discurso sólo hay demagogia, falsas promesas, verdades a medias y mentiras completas en cuanto a su proyecto socioeconómico, lo que es increíble que aún suceda, más en tiempos políticos en los que el mismo PRI para defender su estatus, recurre a revolcar en el lodo de manera pública y oficial a ex gobernadores, quienes de ganar el PRI en 2018 saldrán limpios y renovados de los juicios ahora abiertos y en el caso de perder, será cosa juzgada que no puede ser juzgada dos veces.

Parece que Don Beltrone comandara al PRI detrás del alto respaldo de la silla del poder nacional. Aun perdiendo, los priistas corruptos y enriquecidos al amparo del poder continúan ganando.