Prometió erradicar la corrupción. Antes, candidatos del PRI y PAN prometieron lo mismo, pero nadie les creyó. Andrés, hombre austero, detractor constante de las fallas del sistema político, parecía congruente. López presidente, no dedica energía erradicar la corrupción. No busca la del pasado ni establece condiciones y controles para detener la ambición que le rodea, al contrario, entrega contratos sin licitación como premio a lealtad a ÉL.
López explicaba que la escalera se barre de arriba abajo, pero trae perdida la escoba, ahora que ocupa el más alto peldaño de la escalera. Dedica su energía a sus programas que parecen nacidos del consumo de opioides y a revertir el modelo neoliberal destruyendo las instituciones por corruptas, sin evidencia de culpabilidad, ni encarcelamiento, ni demostrando ante un juez el robo a la patria ni la recuperación del daño provocado.
Aquel candidato que condenaba la corrupción es el presidente que la preside y la instituye; otorga poder a las fuerzas armadas, las que le recordarán quien es el amo en México. Cierto es que Andrés no es como los gobernantes anteriores, aquellos no presumían de honestos, solo robaban, Andrés con máscara de bueno es un enfermo que destruye al país desde su perspectiva de odio, resentimiento, ira, lo que le lleva directo a provocar daño. Cuestión de interés oculto que mueve a todo ser humano.
Sus rivales corean Ole ante toda noticia que desdore, denosté, encuere y muestre las miserias de quienes integran la 4T, muchos de ellos priistas corruptos, traidores como Bartlett y muchos morenistas, rijosos, cómplices, solapadores y delincuentes por genética. ¿Tumbar la 4T por corrupta para que regresen corruptos, es la oferta política para los mexicanos? La oportunidad es ¿cambiar de partido para cambiar el rostro del corrupto y el discurso para robar y destruir? ¿Esta pobreza es lo que ofrecen 100 años de post revolución a México?
La corrupción nada tiene que ver con los partidos, es decisión de personas sean de izquierda, centro o de derecha. Nuestro error es permitir la corrupción, ser partícipes por omisión o esperar hacer negocio u obtener chamba. Es una debilidad moral en la mayoría de los mexicanos. Por ello no somos nación, le fallan y faltan ciudadanos probos con valor civil y moral para exigir buenos gobiernos desde el origen pues los partidos en cónclave eligen candidatos mientras el pueblo no participa. Es un montaje que ha dañado al país. Le cuesta a México en estos momentos, el futuro.
México requiere extirpar de su tejido social el cáncer de la corrupción. No hay modelo económico que avance cuando la corrupción se come vivo al sistema por atender intereses oportunistas de sus operadores. ¿Por qué sí López odia, detesta y combate la corrupción, tiene priistas corruptos en Morena? “Quien con lobos anduvo, a aullar se enseñó”