“Entre las diversas maneras de matar la libertad, no hay ninguna más homicida que la impunidad del crimen o la proscripción de la virtud

Francisco de Mirand

El caso García Cabeza de Vaca en los tribunales no debe verse sólo como una batalla política o jurídica, como la generalidad lo percibe.

Cala más profundo, llega hasta los huesos del sistema de procuración de justicia en todo México –las fiscalías– y como consecuencia impacta en su impartición, en los jueces.

Hoy este escenario vuelve a hacerse evidente en un litigio tan escandaloso y oscuro como el que involucra al ex gobernador de Tamaulipas, en el cual dos certezas parecen reinar en la percepción social:

La primera es que todos estamos seguros de la culpabilidad de Francisco García Cabeza de Vaca en por lo menos algunos delitos de alto impacto que se le imputan y especialmente en los abusos cometidos durante su gestión, donde manipuló los tinglados de la justicia con fiscales y magistrados a modo. Los llamados “carnales” en la voz popular.

La otra certeza –presunta hay que admitirlo– es la que maneja la Fiscalía General de la República sobre la aparente corrupción o complicidad de los tribunales para poner en libertad a presumibles delincuentes, aunque sea tan notoria su culpabilidad como aparentenente sucede con el ex Ejecutivo tamaulipeco.

De este escenario se desprende lo que remarco al principio de estas líneas, planteado en una duda:

¿De quién o quiénes es realmente la culpa de los saldos de impunidad que frecuentemente registran los juicios en el país y permiten la libertad de un alto número de delincuentes?…¿Es de las fiscalías o de los jueces?

Para aventurar una respuesta, como acostumbra decir el genial Catón, vamos por partes.

En lo personal, no tengo dudas de que existan jueces corruptos, en función de la frase de Francisco de Quevedo en una de sus rimas, “Poderoso caballero es Don Dinero, a la que se suma hoy en día un factor aúnmás punitivo, como es la mzcla de violencia e inseguridadcon las que son amenazados y sometidos -ellos y sus familias- los responsables de impartir justicia.

Por supuesto que algunos deben ceder a la ambición y otros tantos al miedo, como posiblemente sucede en el caso del ex mandatario. Lo dejo a su interpretación.

Pero esa es sólo una faceta de los polémicos fallos en lo que se refiere a la repetida liberación de presuntos criminales. El origen de los mismos se pierde en la noche de los tiempos.

Radica en gran parte en la recurrente integración erróneade los expedientes elaborados por los agentes del Ministerio Público, locales o federales, los que sonrecibidos por los jueces, plagados de inconsistencias, lagunas, sesgos a modo y desconocimiento del derecho procesal, en una sarta de galimatías jurídico que son oro molido para los abogados defensores.

No puedo afirmar que ese sea el caso de Cabeza de Vaca, pero queda claro que las fiscalías, específicamente la federal, deben revisar también a sus MP y con ellos la integración de esos procesos infestados de irregularidades, que hasta ahora en innumerables ocasiones han dejado a la sociedad con la impresión de ser testigos de un juego donde los guiones ya están escritos.

Mida usted el nivel de impunidad que se registra por esas anomalías, en el hecho de que con todo y estar sometido aún a proceso, Francisco García anuncia campante que sigue aspirando a ser candidato a la Presidencia de la República por el Partido Acción Nacional.

¿Así o más desfachatez?…

TWITTER: @LABERINTOS_HOY