Esta bueno al affaire de la regidora que traficó cocaína el fin de semana pasado, y digo que está bueno, porque a pesar de no tener abogado de prestigio para su defensa, uno de oficio logró lo que cualquier narquillo de poca monta añora, que le desestimen los cargos.

El problema de politizar los casos legales es que embrollan aún más las situaciones, por ende, cualquier determinación del juez, resulta inverosímil, falsa o cuestionada, por los muchos argumentos que se presentan en los medios.

Se sabe de casos donde se avientan un “Tirito” de 1 kilo y pasan años para poder arreglar su situación, sobre todo cuando son ciudadanos extranjeros, pues la simple posibilidad de que huyan a su país es bastante probable.

Así que pensar que un “Tirote” de 42 kilos podría ser desechado por las autoridades norteamericanas es bastante irreal, ni en sueños, salvo que la DEA haya llegado a un acuerdo para considerarla “Testigo Protegido” logrando para ella una nueva identidad y una protección gubernamental para sus hijas, que por cierto viajaban con ella a la hora de la detención en el Check Point de Falfurrias.

El valor en la calle de esa cantidad de droga, es equivalente a más de 3 millones y medio de dólares, lo que resultará muy interesante será saber de dónde vino y sobre todo a donde se dirigía.

La fantasiosa historia de llevar el auto a Monterrey, para que allá le sembraran la droga no es más que un distractor con objeto de no ofrecer pistas de hacia dónde se dirigen las investigaciones, pero sin duda van en dirección correcta, es decir no importa quien la transporta, sino quien la trafica.

Independientemente de que partido postuló originalmente a la regidora, y a cuál otro se adhirió para después caer en brazos del actual alcalde de Reynosa, emanado de otro partido diferente, lo interesante será saber cuáles son las verdaderas siglas de su patrocinio real, pues estas bien pudieran no ser de ningún partido político, sino más bien de algún cártel famoso.

Pero eso tal vez nunca se sepa, pues con esos antecedentes difícilmente veremos a la regidora de nuevo en Reynosa, pues si fue amenazada ella y su familia, sería una locura pensar en que regresará, pero si se acogió al programa de Testigos Protegidos de USA, pues mucho menos, ya que le cambiarán su identidad, se irá a vivir a un pueblo escondido y podrá vivir el resto de su vida con sus pequeñas, sin que nadie sepa de su historia.

Con suerte y hasta se convierte en vecina “La Barbie”, ese narcotraficante de Laredo, Texas, extraditado de México y que no aparece en ninguna celda de ningún penal de la Unión Americana.

El sistema así funciona allá, y si para pescar uno grande tienen que soltar varios pequeños, con gusto lo hacen, luego se concretan los cateos, las detenciones y ni siquiera nos enteramos de donde llegaron todas las pistas.

Este tipo de sucesos tienden a estigmatizar a la política y a los políticos, a todos nos queda claro que los poderes fácticos insertan funcionarios de medio pelo, para tener información de primera mano y privilegiada de los políticos en turno, los hacen como medida de presión, y también para demostrar su poder.

Así que las fotos de la Regidora con el Presidente estatal del PAN no lo convierten a este último en narcotraficante, como tampoco las fotos de la Mamá del Chapo saludando a AMLO lo convierten al Presidente de la República en socio de los Chapitos.

Solamente los muy brutos que se creen todo lo pueden interpretar así.

Lo único factible de todo esto, es que, ella sigue detenida y que gracias al servicio de rayos X de la Border Patrol, y a una ciudadana mexicana algo descuidada, pero con suficiente información para compartir, le brinda la oportunidad a la DEA de expresar con alborozo: DE LENGUA ME COMO UN PLATO.

 

Jorge Alberto Pérez González

 

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