Somos muy buenos para criticar, para exigir… ¿y para cumplir?
El concepto anterior viene a colación porque nos quejamos mucho los ciudadanos vivimos inconformes, y no nos falta razón, porque la autoridad muchas veces es permisiva, o casi todas, y permite que haya ilegalidades por todas partes, lo que propicia vivir fuera de un estado de derecho.
Hace muchos años ya se propició el ingreso de vehículos extranjeros y sucede que no se les da una legalización ni se les evita su ingreso, es decir, ni para acá ni para allá.
Soms de la idea de que si el gobierno va a tolerar que centrales como ONAPAFFA y UCD tengan listas de miles de vehículos con la engañosa esperanza de legalizarlo,. Pero que con sus placas apócrifas pueden circular sin ser molestados ni extorsionados, pues que resuelvan de una santa vez: o los decomisan o los legalizan, y así acabamos con un asunto legal que no tiene nada de legalidad. Deben perder el miedo a solucionar. Porque aseguran que si legalizan la chatarra que ingresa a diario, los distribuidores de automóviles se enojarán y habrá represalias y pérdida de fuentes de empleo entre otras cosas.
Debe haber una forma de solucionarlo: dejar para después los asuntos no ayuda en nada.
Otro problema es en las escuelas, donde la autoridad municipal se deja rebasar por cualquier persona que se siente bordada a mano y hace del reglamento de tránsito lo que quiere, sin respetar las calles y parándose en doble o triple fila cuando menos.
Somos de la cultura del “nomás tantito” para infringir leyes, y el estado también nos lo permite, de ahí que no tengamos la disciplina de cumplir.
Debemos exigir que la ley se cumpla, pero antes de ello, es importantísimo cumplir con nuestras obligaciones: ¿ya pagó sus impuestos? ¿está al corriente con sus derechos vehiculares? ¿su licencia está actualizada? Y así podemos seguir. No podemos, por ejemplo, exigir a Comapa un buen servicio si debemos meses de este. No podemos, tampoco, pedir a CFE que no se tarden en reparar fallas cuando tenemos diablitos en casa.
Es tiempo de exigir a la autoridad que cumpla al cien por ciento con sus obligaciones de otorgar los servicios básicos y más a la ciudadanía: que no falta educación, salud, recreación, infraestructura y todo lo que se refiere a programas básicos y productivos, pero es también, riempo de cumplir, de pagar lo que debemos y caminar dentro de la ley. De otra forma debemos quedarnos callados.
Vemos con profunda tristea que el gobierno federal, el que prometió combatir la corrupción está cayendo en ilegalidades y no hacemos nada, pero no exigimos, porque se nos enojan aquellos qe votaron por él; e el estado,. Hay quien defiende cada corriente política con sus propias razones, válidas o no, pero ahí están. Y en el mjnicipio, con un bailarín y merolico como alcalde pedimos que tome las cosas con seriedad y honestidad que no ha mostrado a la fecha, pero por otra parte, debemos el predial, no pagamos las multas porque tenemos amigos que nos “echan la mano con Xico” y así,
Los victorenses tenemos que entender que merecemos un gobierno auténtico, honesto y justo, un gobierno del estado con las mismas características, y un gobierno federal que no sea un partido político y no se dedique a cambiar colores, logos y actitudes, sino que sirva, porque lo merecemos.
Pero para merecer hay que cumplir, y es la parte que debemos observar sin distingo, sin pretexto alguno y con la obligatoriedad que propicia el puntualmente llevar a cabo los tributos de nuestras obligaciones.
Es hora de ser ciudadanos en serio, no simular nada y cumplir para que nos cumplan, servir para que nos sirvan. En ese entonces será cuando podamos contar con gobiernos a la altura de nosotros, y que la autoridad pueda respondernos como debe hacerlo.
Pero, insistimos en que para exigir hay primero que cumplir en todo.
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