Los nuevos funcionarios que están por integrarse a la administración estatal a partir del 1º de octubre, tendrán que cuidarse de no asumir dos responsabilidades con remuneración de las arcas públicas, porque no está permitido por la ley. Incluso durante el egidismo se puso en marcha una barredora para limpiar las nóminas de estas duplicidades.

Cualquier gente involucrada en el quehacer político y sin ser abogado, sabe que en este país no se pueden asumir dos cargos de manera simultánea. Ojo para los que están por aceptar un puesto y tienen otra responsabilidad remunerada, tendrán que elegir a una de ellas para no caer en un delito, y poner en riesgo sus derechos, donde actualmente laboran.

Cabe la posibilidad de asumir las dos ocupaciones, pero sin goce de sueldo en una de ellas, o bien solicitar un año sabático, o algo similar para no contravenir lo establecido en lo que se refiere a dos remuneraciones del Estado, aunque una sea federal y otra estatal, o de otra institución pública.

Al respecto, el Artículo 125 constitucional establece que, “ningún individuo podrá desempeñar a la vez dos cargos federales de elección popular, ni uno de la Federación y otro de un Estado que sean también de elección; pero el nombrado puede elegir entre ambos el que quiera desempeñar”.

Hubo casos que habían pasados inadvertidos por tratarse de función docente o puestos administrativos en la Universidad, en esa ocasión, como siempre ocurre hubo unas dispensas. Pero hoy en el ambiente de conflicto político en el que se sucede la transición, sobrarán voces denunciantes, de tal manera que más vale ser precavidos.

Hace unos días cuando el gobernador electo solicitó su reinstalación en el Senado, se hicieron conjeturas sobre posibles sanciones para él, pero en el caso del doctor Américo Villarreal primeramente aún no está en funciones de gobernador, tampoco percibiendo sueldo alguno, por lo cual en el supuesto de que recibiera un ingreso del Senado, no hay duplicidad, ni de funciones, ni de ingreso.

Pero además el Artículo 62 establece que “los diputados y senadores propietarios durante el periodo de su encargo, no podrán desempeñar ninguna otra comisión o empleo de la Federación o de las entidades federativas por los cuales se disfrute sueldo, sin licencia previa de la Cámara respectiva; pero entonces cesarán en sus funciones representativas, mientras dure la nueva ocupación”.

Esto quiere decir que las funciones representativas, como ser senador o diputado federal, deben suspenderse mientras se es gobernador, alcalde, etc.

La misma regla se observará con los diputados y senadores suplentes, cuando estuviese en ejercicio. La infracción de esta disposición será castigada con la pérdida del carácter de diputado o senador.

Aunque déjeme decirle que desde 2018 en este país son frecuentes las violaciones a nuestra Carta Magna, y fue el caso de Manuel Velasco Coello de Chiapas quien protagonizó un episodio similar, o peor que el protagonizado por el tamaulipeco en días pasados cuando regresó al Senado y luego desistió, pidiendo nuevamente licencia.

EL CASO VELASCO PROVEE DE ARGUMENTOS A AMÉRICO

En las elecciones federales de 2018 el Partido Verde Ecologista de México incluyó en su lista de candidatos plurinominales (en la 2ª posición) al Senado de la República al gobernador de Chiapas en funciones, que era Manuel Velasco Coello, pese a que la Constitución Federal prohíbe a los gobernadores postularse a ese cargo durante su mandato.

En esas circunstancias el INE validó el 30 de junio del año citado la postulación de Velasco al Senado. El argumento que dio solidez a este procedimiento fue el caso del doctor Miguel Mancera, que siendo Jefe de Gobierno de la Cd. de México, también fue incluido por el PAN en la lista de plurinominales, pese a esa prohibición.

El 24 de agosto el Congreso local de Chiapas modificó la Constitución del Estado para permitir que el gobernador Velasco pudiera lograr su licencia para asumir el cargo de senador el 1º de septiembre de 2018.

Este fue un caso muy sonado quizá usted lo recuerde, porque Velasco luego pidió licencia como senador para volver a asumir la gubernatura de Chiapas, algo que se le negó en un principio, pero que finalmente fue aprobado, y en el colmo de las irregularidades, el Congreso del Estado nombró a Manuel Velasco como gobernador sustituto de sí mismo.

En pocas palabras Manuel Velasco fue gobernador sin terminar su periodo, luego senador, y nuevamente regresó a ejercer la titularidad del Poder Ejecutivo de su estado.

Como usted ve, el caso de Américo Villarreal Anaya de regresar al Senado por unas horas y luego pedir licencia, es peccata minuta comparado con el episodio que protagonizó el gobernador chiapaneco, Manuel Velasco.