En 2011 surge la Cuarta Revolución por avances como fábricas inteligentes, adaptables a necesidad de producción y mejora en eficiencia de recursos. Se centra en sistemas ciber físicos, robótica, internet de las cosas, conexión entre dispositivos y coordinación cooperativa de unidades de producción de la economía. Es el último capítulo, hasta ahora, de las revoluciones industriales. Sus fundamentos:

Robótica, rama innovadora de la ingeniería con papel primordial, nanotecnología, inteligencia artificial, impresoras 3D, drones, modificarán aspectos de nuestras sociedades. Medicina, industria de alta precisión y relaciones laborales sufrirán impacto. Aunque estos elementos son la base, no entendemos que se trata de elementos consolidados. Estamos inmersos en este proceso, con la variabilidad y la impredecibilidad que ello supone en relación con el resultado.

El mundo del trabajo y configuración del mercado laboral son ámbitos donde las repercusiones serán importantes. Según previsiones, se perderán 5 millones de empleos en 15 países industrializados en los próximos años por la robotización y mecanización de más tareas. Esta posibilidad crea incertidumbre, dado que serán muchos los trabajadores a los que afectará la expansión del modelo productivo. En especial habrá desempleo en sectores vinculados a mano de obra no cualificada de tareas mecánicas y manuales, y de carácter administrativo.

También se abrirán ventanas de oportunidad al aparecer nuevo mercado para mano de obra. Con los nuevos avances surgirán profesiones cuyas tareas se centren en producir estas nuevas tecnologías en análisis de datos, capacidades digitales y tareas comerciales especializadas en los nuevos productos. También en ámbitos de dirección, donde será clave creatividad y creación de nuevas ideas y productos, en un mercado en constante cambio y rápida obsolescencia.

Los avances se sentirán en diferentes aspectos. La nueva economía tendrá un alto componente de digitalización. Los impactos se perciben con relación a la volatilidad geopolítica, la expansión de internet y del cloud computing, avances en computación y Big Data, popularización de la economía colaborativa, flexibilidad del mercado laboral y transición a economía verde por conciencia de la limitación de los recursos naturales. Se espera que aparezcan desarrollo de nuevas formas de energía más limpia, proliferación de robótica y automoción autónoma y aspectos relacionados con la ciberseguridad y los ciberataques.

Todas estas particularidades implican retos y cambios, posibilidades y peligros. Lograr minimizar aspectos negativos y maximizar positivos es una prioridad pues el riesgo es ampliar y profundizar la desigualdad entre la sociedad de un país y entre países, aunque es una situación histórica presente en la humanidad. De la filosofía de la igualdad, a la realidad, a los hechos en alcanzar la igualdad hay un largo trecho por recorrer y no hay avance social y organizado hacia ese objetivo.