Los reportes oficiales sobre el comportamiento de la economía del país revelan que la recuperación previa a la pandemia esta lejos de alcanzarse. Y en ese sentido también el sistema bancario ha informado que hay incapacidad de pago en sus cuentahabientes que adquirieron un financiamiento. Pero esa no es una cuestión no motiva la mínima preocupación del grupo en el poder.
Esos son los grandes capitales los que se quejan, mientras que los trabajadores y obreros siguen con su racha nociva con salarios insuficientes para cubrir las necesidades básicas de la economía familiar. Con un gas del bienestar similar a la rifa de un artefacto espacial.
En ese orden un obrero o trabajador requiere al menos abordar 4 servicios de transporte para llegar a su lugar de empleo y regresar a su domicilio, lo que representa un gasto ante un salario volátil e insuficiente para adquirir la canasta básica.
De manera que el gesto de Morena de abaratar el precio de gas LP es una irrisión más de la autoridad pues es más una mala condolencia que una realidad para la población. Pues hay familias que ni siquiera tiene una estufa de gas por las condiciones ínfimas en las que vive.
Al menos que con esa nueva promesa busque la reconciliación de la clase media, que por cierto según estudios de sociología esta ya desapareció. ¿Quiere decir que es una perversidad más de Morena? El tiempo nos dará la respuesta, pero por lo pronto, aunque se muestren sobrados en preferencias, sus expresiones son de desesperación.
Como que entienden que dejaron de tener el apoyo y complacencia de la clase media, pues hemos de recordar que la población cautiva de esa preferencia electoral fue en la que se impulsaron para ser gobierno en regiones con basta población.
Pero además en la memoria de los habitantes mexicanos está presente que la salud de los gobernados no es la prioridad de los gobernantes, pues no solo dejaron la pandemia a la buena sino también les importa un bledo las quejas de los padres de familia de niños con cáncer.
Algo similar esta ocurriendo con el desempleo que priva en el país derivado por el cierre de industrias y empresas manufactureras, que han dejado este país por la ausencia de un clima propicio para la inversión, sino una animadversión de los gobernantes interesados en perpetuarse en los cargos.
Encima de todos los males los ingresos están pulverizados no así los de los poderes del estado, cuyos gobernantes dejan sus puestos con haberes financieros que alcanzarían hasta la enésima generación de sus decendencias.
Por lo pronto, no hay mucho que esperar de aquí al 2024 sino mas ocurrencias más ofensas a la inteligencia de la población y más mentiras. Es la naturaleza de los políticos.