No es nuevo, ni López, el presidente ha descubierto el hilo negro: las empresas farmacéuticas son semejantes a un enorme pulpo de mil tentáculos por los que chupa todo el recurso de una sociedad que cada vez más requiere de sus pócimas y fórmulas, por la descomposición del mundo en aspectos ambientales, y por la descomposición que hemos tenido como seres humanos, al cambiar el ejercicio por los teléfonos “inteligentes” que lo único que han logrado es hacernos más inútiles y flojos que nunca.
Con un ahorrito minúsculo, López cree que les asestó un duro golpe; lo que no sabe es que, reunidos en una junta, los farmacéuticos aún no se reponen de las consecuencias de la carcajada sonora que soltaron al escuchar a nuestro presidente.
La industria farmacéutica siempre ha sido ubicada como una de las más importantes en materia de extraer los recursos de las familias: un antibiótico resulta a veces más caro que nada, y los que enfermamos tenemos que pagar sumas millonarias para alcanzar la salud.
Otros, con servicio médico como IMSS, ISSSTE o el Seguro Popular que López insiste en desaparecer para ubicar uno de sus caprichos, procurando borrar todo vestigio de historia, tienen la posibilidad de que se nos otorguen muchos de esos medicamentos, aunque hay algunos que, por no estar en el mal llamado “cuadro básico” no son entregados a quien lo requiere.
Como muestra, el Instituto Mexicano del Seguro Social sacó para dentro de tres meses la Eritropoyetina fármaco fundamental en el tratamiento de problemas renales, y cuyo costo difícilmente es costeable para un 98 por ciento de los pacientes que vivimos gracias a procesos domo diálisis o hemodiálisis, como mínimo.
¿Qué haremos terminando el año? Nadie lo sabe, pero lo que sí es cierto es que las medidas tomadas por los empleados de López nos llevarán a muchos a estados de salud que se conjugarán muy fácilmente con el incremento de decesos, así que, más vale ir preparando el testamento, porque la Cuarta Transformación nos va a matar a muchos, y si no, al baile vamos.
Y la industria farmacéutica, encarciendo medicamentos cada día.
Hace mucho pensamos y lo externamos: la Cámara de Diputados y Senadores, lejos de estar tratando de seguir siendo sumisos y agachones, arrastrados y pusilánimes a López, deberían legislar para que los medicamentos tengan un precio tope, y que se garantice a todos el derecho a curarse, que constitucionalmente está escrito, pero prácticamente es letra muerta.
Dentro del padrón del IMSS somos miles los que requerimos tratamientos especiales y medicamentos cuyo costo no alcanza a cubrirse con un salario normal; ejemplo vivo somos pacientes con problemas renales, diabetes, cardiovasculares, Sida, Hipertensión y muchos más, y que costamos mucho dinero. Nos recuerda aquella película en la que, cuando llegaba la gente a este nivel de enfermedades, se les sacrificaba para ahorrar recursos.
No vaya a ser que López y su grupo de dislocados “cuatroteístas” piensen lo mismo y esa sea su transformación.
Vaya usted a una farmacia por cualquier cosa y dejará algunos cientos de pesos por casi nada, y no podemos deja de adquirirlo, porque de esas compras depende nuestra salud.
Difícil, pero real.
López, como buen agitador que llega al poder y se marea, no tiene idea de lo que padecemos los que realmente estamos enfermos del cuerpo y requerimos atención y medicamentos. Ellos, como están aparentemente sanos, y como cuando se enferman se les pagan clínicas privadas y medicinas donde sea, no tienen la sensibilidad de entender la gravedad del caso cuando las farmacéuticas cobran lo que cobran.
Insistimos: debe haber una ley que regule el precio de medicamentos, y el Sector Salud debe garantizar TODO tipo de medicinas para todos, que es, finalmente, un derecho constitucional que aparentemente tenemos, aunque con la 4T no existen leyes más que la voluntad de López.

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