El hombre se educa para moldear su temperamento y formar carácter para acotar ira, cólera, violencia, aptitud de daño a la sociedad o para acentuarlas y disimular con actitud educada y de respeto, la depredación que en su espíritu vive. La clase política que se apoderó del Estado Mexicano para coto de caza es ejemplo típico del sociópata. Nacieron en un entorno de poder absoluto, los moldeó un entorno donde es natural y permitido el enriquecimiento ilícito, la depredación, el tráfico de influencias, la corrupción e impunidad y el olvido de las demandas populares.
Quien ingresa a un sistema corrupto no puede desligarse, de hacerlo se expone al destierro, al escarnio público y al castigo de la pandilla, grupo que considera que sus actos jamás podrán ser juzgados por una instancia superior pues controla el sistema administrativo, legislativo, judicial, monetario, de poder, de opinión, sobre una base corrupta. Constituyen una clase empoderada y vengativa que sabe que ninguno de sus actos de corrupción o de complicidad, soborno, chantaje o extorsión, del tamaño que sea, tiene ni tendrá consecuencias jurídicas ante un tribunal real, a rendición de cuentas, a procuración de justicia, a la supervisión social.
Quien ingresa a esa corrupción sabe a lo que va. Sabe que cualquier desviación de ese camino le lleva al ostracismo, la inhabilitación, el repudio, la cárcel, para pagar en nombre del Sistema los delitos ajenos. Nadie va a contracorriente. Es una de las razones de lo compacto y de la fortaleza del grupo. Quien sale del círculo íntimo, se calla. Revelar sus enjuagues cuesta prestigio personal, seguridad de su familia. La complicidad se establece con plata, cárcel o plomo.
Los casos de secuestro, soborno, represión y exterminio sucedidos a quienes ejercen periodismo honesto, crítico e independiente; a empresarios que se oponen al despojo, a representantes de grupos sociales que se atreven a protestar de manera organizada para denunciar el abuso y la ilegalidad en los actos públicos, todos son testimonio de un pueblo esclavo. Se trata de una pandilla depredadora creada para el abuso, el crimen, la complicidad con el narcotráfico; obediencia a patrones imperiales para destrozo de la soberanía nacional y del territorio patrio. El Estado Mexicano asesta actos en contra del bienestar social; favorece el interés del capital extranjero y al crimen organizado, su brazo armado para sojuzgar a la sociedad, aunque en apariencia lo combate.
Quienes integran el Estado Mexicano surgen del homicidio para llevar al poder a Isidro Favela quien inicia la etapa política actual en el estado de México, ahora sede del poder político. Su sello son el cinismo y la desvergüenza; la corrupción, el crimen organizado y el asesinato. Es el perfil de su personalidad genética y así se les educó.