Al votar “Sí” el día de hoy en la Consulta Popular, no estaremos votando para que encarcelen expresidentes, lo haremos para reforzar el impulso popular que constituirá el punto de partida rumbo al derecho a la verdad y a la no repetición de decisiones que violentaron flagrantemente derechos humanos de miles de conciudadanos.
Por eso estoy de acuerdo con Graciela Rodríguez Manzo, Directora Ejecutiva de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, cuando señala que exigirán al gobierno con independencia del resultado de la Consulta Popular, una Comisión de la Verdad.
Porque colectivos como “Movimiento por La Paz con Justicia y Dignidad”, “Elementa”, “Justicia Transicional MX” y varios más, apelan a que haya un Programa Integral de Reparaciones, que en el centro estén las víctimas de la violencia.
¿Qué quieren? Esclarecer hechos, causas y consecuencias de las graves violaciones a derechos humanos en la historia reciente de nuestro país, que han dejado 89 mil víctimas de desaparición forzada, 35 mil 658 casos de tortura, 320 mil homicidios violentos.
Y Usted y yo, estimado lector, podemos contribuir a que haya justicia para los familiares de las víctimas, ¿Qué es justicia para ellos en estos momentos? Conocer la verdad, y hacerse acreedores de mecanismos de reparación de daños, y mucho les ayudará nuestro voto para legitimar estas genuinas pretensiones.
Ellos, los familiares de las víctimas, tienen que ser el centro de atención de esta Consulta Popular, por eso insisto en que es primordial recordar que no estamos votando para encarcelar a un expresidente (como lo sugieren las lonas de publicidad de la Consulta), sino para que se ponga de manifiesto nuestro deseo colectivo de que se revele la verdad material respecto de decisiones políticas históricas que han marcado trágicamente a miles de compatriotas.
En diversa colaboración Del Abogado Amigo, del 4 de julio de este año, ya me había dado a la tarea de platicarle que desde mi punto de vista, atendiendo al contenido de la pregunta: no se está consultando la ley, como sostienen antidemocráticamente algunos.
Esto pues, dije, no se está cuestionando al pueblo si se ejerce o no la acción penal contra los ex presidentes (que esto sí sería inconstitucional), se trata de consultar, a fin de recoger el pulso social, si estamos de acuerdo o no con el esclarecimiento de decisiones políticas del anterior régimen, con el ánimo de garantizar la justicia y derechos de posibles víctimas.
De ahí sostuve y sostengo: la consulta legitimará o no un juicio eminentemente social -mas que jurídico- en contra de tomadores de decisiones, a fin de que con acciones apegas al marco legal el Estado mexicano revele la verdad sobre acontecimientos siniestros que marcaron a México, y esto constituya el punto de partida para velar por los familiares de las víctimas y sus derechos.
Para cerrar, y dejarle ya ir a votar, le comparto que lo mejor que he leído sobre la Consulta Popular, se lo reconozco a Alicia de los Ríos, investigadora de la Universidad Autónoma de Chihuahua y buscadora de personas detenidas desaparecidas.
Ella ha estado hablando de la necesidad de que las violaciones de derechos humanos del pasado sean vistas en colectivo: “ha habido intentos acerca de esclarecimientos históricos y han mostrado el choque que existe entre el derecho a la verdad y el derecho a la justicia. La justicia en nuestro país ha sido entendida como problema de individuos y en el caso una Consulta Popular como ésta, pone de relieve que también es un derecho colectivo…”
En fin. Olvídese pues, estimado lector, del circo mediático que rodeó a la Consulta, y en vez de imaginar las caras de los expresidentes, imagínese los rostros de sufrimiento de familiares de víctimas de actos funestos de violaciones de Derechos Humanos que, si por algunos fuera, dichas violaciones serían borradas ya de la historia de México.
Sin lugar a la menor duda, iré a votar a la mesa que me corresponda, haré fila y votaré: “Sí” estoy de acuerdo con que se esclarezcan decisiones del pasado, en aras de garantizar la justicia y los derechos de posibles víctimas.
Mi sentido de pertenencia como mexicano, me hacen ser sensible a las tragedias violatorias de derechos humanos que ha vivido este país. Eso, más mi compromiso contra la injusticia y desigualdad social y mi lucha contra la corrupción y la impunidad, que así me lo exigen.