Qué hermosa es tu sonrisa y qué decir de la envidiable brillantez de tu mirada que se deleita con todo lo que ve y lo transformas para tu haber en juegos inolvidables que denotan tu fuerza y tu poder.
Quién te pude arrebatar la intensión precisa y decidida, para disfrutar con tanto placer la vida, si no es hoy cuándo, diría el que te dice, es éste tu tiempo, tu momento, es tu libro en blanco, y en cada página escribirás con alegría desmedida lo que será tu historia y de nadie más, por la dicha concedida.
Yo te observo y disfruto todo ese derroche de energía al evidenciar la felicidad que compartes con tanta inocencia y sencillez y con la cual iluminas nuestras vidas, y sin saberlo, transmites la paz a nuestro ser a través de la tan deseada y aceptada armonía.
Sea tanta dicha bienvenida, restablézcase la unidad tan consentida, que despierte a mi memoria adormecida y libere los recuerdos más queridos, para hacer de tus momentos y los míos, el espacio por todos requerido, para vencer la pesadumbre , la tristeza y la apatía, que ya se nos había hecho una costumbre.
Cuánto tardaste alma mía en escuchar y ver lo que tanto Dios nos ofrecía, cuántas oportunidades extraviadas o perdidas, cuánta felicidad escondida tras una amable sonrisa.
Hoy, ya no tengo prisa, que me refresque el rocío matutino y que la brisa vespertina despeje de mi cara los cabellos, hoy, he decido ser feliz queriéndome más, para abandonar el maltrato que me acostumbraba a dar, por pensar que mi vida era un contrato para acompañar el eterno peregrinar de aquellos que se niegan a aceptar la verdad.
Dedicada a mis nietos: Sebastián, Emiliano, Andrea, Fernanda, Valentina, María José y José Manuel; que son energía positiva, luz y fuerza vital, para retornar a la vida.
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